Chaves abre una ronda en busca de la lealtad de los alcaldes

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, abrió ayer en Jaén una ronda de encuentros con los alcaldes de las capitales y las ciudades de más de 100.000 habitantes con el fin de "abrir una etapa de lealtad institucional" con los ayuntamientos "de todos los colores políticos". "Por mí no va a faltar esa lealtad", dijo Chaves tras reunirse con la nueva alcaldesa de Jaén, la socialista Carmen Peñalver, con quien se comprometió a desbloquear proyectos de infraestructura para la ciudad que han estado frenados por las "trabas y zancadillas" del anterior equipo de gobierno del PP, según denunció la propia Peñalver. Ayer, precisamente, los miembros del PP esquivaron la visita de Chaves.

La alcaldesa advirtió de la "difícil" situación económica que el actual equipo de gobierno (formado por PSOE e IU) ha heredado de la anterior Corporación, con una deuda que han estimado inicialmente en 272 millones de euros. Con todo, tanto Chaves como Peñalver proclamaron el inicio de una nueva etapa de colaboración "para que Jaén recupere el tiempo perdido". Proyectos como la nueva ciudad sanitaria, el Museo de Arte Ibero, las nuevas rondas para descongestionar el tráfico, instalaciones deportivas, la construcción de 4.500 viviendas protegidas o el apoyo a la declaración de la catedral de Jaén como Patrimonio de la Humanidad son algunas de las actuaciones prioritarias que se abordaron en la reunión, algunas de las cuales tendrán consignación en los presupuestos de la Junta de 2008. Chaves ha ordenado a todos sus consejeros que visiten Jaén para poner fechas y números a los principales proyectos. La primera de ellas podría ser la de la consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, para abordar la instalación del tranvía, cuya infraestructura financiará la Junta.

De otro lado, Chaves, que también se reunió con los nuevos alcaldes de Úbeda y Baeza, los socialistas Marcelino Sánchez y Leocadio Marín, se refirió a la crisis que vive la industria Cárnicas Molina. "No es un problema de mercado, sino de mala gestión", dijo el presidente andaluz, que se comprometió a "no dejar en la estacada" a los trabajadores y buscar un nuevo socio industrial.