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Reportaje:

La piqueta acaba con el viejo mercado de Chueca

El edificio llevaba un año cerrado. Un nuevo complejo abrirá en 2009 y tendrá aparcamiento, un supermercado y un restaurante

Daniel Verdú

A Antonia no le preocupa la remodelación del mercado de San Antón, en Chueca. No está al corriente de las 81 plazas de aparcamiento que tendrá el nuevo complejo ni, en principio, piensa ir al bonito restaurante que se construirá en la tercera planta. Le da igual el aire cool que tendrá la fachada o los más de siete millones de euros que costará toda la obra. Tampoco sabe que el Ayuntamiento y la Comunidad subvencionarán la reforma en un 30% cada uno, ni que el complejo comercial tendrá itinerarios accesibles y servicios para personas con discapacidad. Y quizá le importe el medioambiente, pero ignora que el mercado tendrá paneles solares térmicos para el agua caliente y la electricidad. Una maravilla.

Todo eso no le quita el sueño. Y eso que Antonia, no crean, es vecina de Chueca y cliente del mercado que se construyó en 1945, que ayer comenzó a derribarse y que lleva un año cerrado. Precisamente, por esos motivos, lo que le importa a ella es que desde hace 12 meses tiene que ir a comprar al mercado de Barceló (a 1 kilómetro de distancia) y no puede subirse en el autobús con el carro de la compra. "Es que vengo muerta con tanto calor que hace. No hay derecho", dice agarrando la mano de su nieta.

El comienzo del derribo del mercado ha tardado más de lo previsto debido a los últimos flecos para poner de acuerdo a todos los comerciantes y encontrar las inversiones, explicó ayer Miguel Ángel Villanueva. Ha tardado tanto, que el Ayuntamiento había anunciado que este verano estaría acabado. El interior del mercado ya estaba ayer destruido, pero la fachada lucía intacta después de un año de anunciarse la remodelación y de que el centro comercial echase el cierre.

Así que, a las 11.30, un brazo de acero con una garra en la punta comenzó a despedazar la cornisa del edificio como si fuera una mona de pascua. Al mismo tiempo, una manguera regaba la fachada para que la demolición no llenase de polvo la vida de los vecinos que se apostaban para ver el asunto de cerca. "Hombre, me parece muy mal que Gallardón venga ahora a hacerse aquí la foto y el día del Orgullo Gay, que era más importante para Chueca y para Madrid, él estuviera de viaje", se quejaba Antonio Llamo en su floristería.

De los 27 comerciantes que quedaban en la última época, sólo seis han querido embarcarse en el nuevo proyecto. "No ha sido fácil. Pero el 70% del mercado llevaba cerrado desde hacía 7 años. Había que hacer algo", explicó Octavio Rodríguez, presidente de los comerciantes y propietario desde hace 25 años de una charcutería. Él y los otros cinco se han marchado al mercado de Barceló hasta que termine el proyecto, como Antonia. Aunque ellos no tienen que arrastrar cada día hasta allí el carro de la compra.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, posa frente al mercado en demolición.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, posa frente al mercado en demolición.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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