Ganar terreno a la degradación

La renovación de Bilbao La Vieja y San Francisco, la zona más degradada de la capital vizcaína, ha ido haciéndose realidad año tras año gracias a un plan integral del Ayuntamiento, decidido a cambiar la fisonomía del lugar. Aunque se habían hecho muchos cambios, el más importante, que gente joven se instale y trabaje en el barrio, todavía estaba por llegar. En los últimos años, sin embargo, ya son muchos los negocios con escaparate a la calle que, aprovechando los bajos precios de la zona y las ayudas, se han establecido en Bilbao La Vieja.

La parte que primero notó el cambio, por su cercanía con el Casco Viejo, fue la más cercana a la Ría. La remodelación de los muelles de Marzana y La Merced facilitó las cosas. Además, el trapicheo de drogas y la prostitución seguían manteniéndose de la calle San Francisco hacia arriba. Muchos jóvenes profesionales habían adquirido pisos, a precios razonables, en las calles que dan a la Ría y eso hizo que comenzaran a abrirse negocios, principalmente de hostelería.

Desde hace seis años, Lan Ekintza impulsa la creación de nuevas empresas en el barrio y cada edición son más las que concurren a los premios que anualmente otorga el organismo. Tu nueva empresa en el barrio se llama la iniciativa, que se engloba dentro del Plan especial Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala 2005-2009. A los galardones de 2006 se han presentado 17 nuevos negocios, desde un servicio de canguros a restaurantes, un taller de artesanía, una clínica dental, una tienda de vinilos o una librería especializada en literatura multicultural. La diversidad preside ahora los nuevos negocios del barrio, que ya cuenta de años anteriores con una oferta de hostelería moderna y variada.

Además, muchas de estas tiendas o empresas se han asentado más lejos de la Ría, llegando incluso hasta la frontera anímica de la calle San Francisco. Como la que obtuvo el primer premio de Lan Ekintza, dotado con 4.000 euros, Studio 7, un estudio de fotografía, situada en plena calle de San Francisco. El segundo premio (3.500 euros), fue para la colorista tienda de ropa Trakabarraka, en la calle Dos de Mayo, y el tercero (3.000 euros) para el espacio expositivo y formativo Txema Burgos 3E, en Lamana.

Olatz Eskiroz e Iratxe Ostolozaga no veían Trakabarraka en ningún otro barrio de Bilbao. Y sin embargo ahí, en Dos de Mayo, llaman la atención los colores alegres y el diseño atrevido de la ropa y la original decoración del local. "Ofrecemos un producto diferente y tenía que ser en un ámbito especial. Por la ilusión con la que se está regenerando esta zona y se está sacando el barrio adelante creíamos que encajaba aquí, en un lugar que está empezando, como nosotras", explica Ostolozaga.

Abren ininterrumpidamente de 12.30 a 21.00 y, en los pocos meses que llevan de rodaje (inauguraron el pasado 15 de diciembre) se encuentran satisfechas con su elección. Aunque sus clientes no son gente que pasea por la calle y entra. "Son personas que acuden directamente porque se han enterado de que estamos aquí, pero ya tenemos una clientela", afirma Ostolozaga.

También sabía que ése era el lugar para su negocio David Maroto, un bilbaíno de 30 años dueño de la librería Litterae Mundi, también en la calle Dos de Mayo, que abrió a primeros de diciembre de 2006. "Este es un barrio multicultural, donde hay mucha inmigración, y pensé que la librería tenía que identificarse con el lugar donde se iba a ubicar", explica Maroto. Además de libros, Litterae Mundi programa exposiciones en sus paredes y propone el local para charlas y encuentros. "La idea era que fuera algo más que simplemente vender libros", dice. Su librería se suma así a la pionera Anti-Liburudenda, que también apostó por ser "diferente".

Todos los negocios tienen en común que están regentados por gente joven y son de diseño moderno. Otro aire para un barrio lastrado por el paro y la droga.

Y la renovación ya no se va a detener. María Jesús Gómez trabaja con Lan Ekintza para abrir un negocio en la plaza Corazón de María, junto al Museo de Reproducciones artísticas. Será una tienda-taller de confección de decoración: cortinas, cojines, estores, todo creado por ella misma. Su nombre parece un grito para el barrio: Pura Vida.