Ibiza cierra dos playas afectadas por la contaminación de fuel

Bandera roja, vallas en la arena, barreras flotantes y recogida de chapapote era ayer el panorama en dos de las 50 playas turísticas de la isla de Ibiza. Los enclaves populares y urbanos de Talamanca y Ses Figueretes quedaron ayer cerrados para los bañistas debido a la presencia de restos de fuel y aceites pesados. La marea negra procedía de los vertidos causados por el naufragio del mercante Don Pedro el miércoles a una milla de la costa.

Una lámina aceitosa y maloliente de carburante y lubricante se dispersa y se rompe, a merced de las corrientes y el viento. Los trayectos de las embarcaciones comerciales y en especial las veloces lanchas deportivas rompen la superficie y crean oleaje que complica la situación. Los barcos de viajeros y transportes han sido obligados a reducir su velocidad. La pintura de los cascos de cientos de barcas del puerto de Ibiza quedó impregnada de negro viscoso. Las barreras flotantes se instalaron en muchas zonas portuarias y del litoral cercano. La mancha alcanzó ayer por la tarde los seis kilómetros de largo y uno de ancho.

Las autoridades esperan limpiar en una semana la contaminación y suponen que en el plazo de un mes se recuperará totalmente la transparencia habitual de las aguas de la zona afectada. En los próximos días la posible dispersión de los residuos flotantes puede obligar a cerrar otras calas. La muy populosa de Platja d'en Bossa es ya una de las afectadas.

El fiscal de Medio Ambiente, Adrián Salazar, comunicó que ha abierto diligencias y ha ordenado a la Guardia Civil que investigue si el vertido "pudiera ocasionar un grave peligro para los recursos naturales o la salud", para determinar en su caso las responsabilidades penales.

La nave hundida pertenece a la naviera Iscomar-Contenemar, propiedad de la familia Seguí de Menorca, que afirmó tras el naufragio que cuenta con todos los seguros. La compañía, que se publicita como "de precios bajos", tiene a uno de sus buques de pasaje y carga, el Carmen del Mar, paralizado en Dènia por deficiencias graves en higiene y seguridad. Hace meses, sus competidores, Acciona y Baleària, denunciaron ante la Autoridad Portuaria a Iscomar por competencia ilegal por arrastrar impagos de más de 5 millones por tasas portuarias. Los oficiales y la tripulación del Don Pedro declararon ayer ante la Guardia Civil.

El barco naufragó en la madrugada del pasado miércoles por un error de navegación, al marcarse desde el puente de mando un rumbo equivocado y embestir de proa contra un islote señalizado, en la misma boca del puerto de Ibiza. El hundimiento del barco, a una milla del litoral, en la zona de la reserva de Es Freus y del parque natural de Ses Salines, representa una amenaza medioambiental y económica inmediata. El pecio se encuentra a 50 metros de profundidad.

En alta mar, las unidades navales del Ministerio de Fomento y del Gobierno balear operan sobre una superficie de más de 10 kilómetros cuadrados para intentar contrarrestar la llegada del fuel a otras zonas de Ibiza y Formentera. Unas 20 personas retiran chapapote en tierra, una dotación mínima que resultó insuficiente, según criticaron los vecinos de Talamanca. Hoy serán 50 los obreros.

Un barco especializado, el Clara Campoamor, succionó unas 10 toneladas de agua, de la que sólo un 1% contenía contaminante. Los restos de carburante se vierten desde los depósitos y sentinas del mercante sumergido y de los vehículos que cargó. Los tanques del barco albergan 150 toneladas de fuel. La Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, viajó hasta Ibiza interrumpiendo un viaje oficial a Uruguay, y sobrevoló ayer por la tarde la zona del siniestro. Álvarez explicó que ayer se logró sellar una tercera grieta en el barco y tan sólo queda abierta una tubería de la que emana fuel.

Horas antes el presidente balear, Francesc Antich, lanzó un mensaje de tranquilidad tras recorrer las áreas afectadas. Los empresarios turísticos criticaron el tratamiento "exagerado" por parte de ciertos medios. El PP afirmó que se trata de una "catástrofe".