Roca consideraba al coordinador de Urbanismo de Estepona "de los suyos"

Era "uno de los suyos". El antiguo coordinador de Urbanismo de Estepona (Málaga), Pedro López Fernández, despachaba habitualmente con el mayor imputado del caso Malaya, Juan Antonio Roca. En la documentación intervenida en el despacho del ex asesor de Urbanismo se han encontrado "multitud de anotaciones" relacionadas con su nombre y una serie de mensajes en los que López pide hablar con Roca por asuntos "muy importantes". Por si fuera poco, Óscar Benavente, uno de los supuestos testaferros de Roca, se refiere a él como uno de sus hombres.

Los investigadores del caso recogen en un informe que López medió en la firma de un convenio urbanístico firmado con el Ayuntamiento de esta localidad en noviembre de 2005 tras el que se escondía el supuesto cerebro de la trama de corrupción. La policía ve "intereses ocultos" en este documento rubricado por Antonio Barrientos (PSOE), actual alcalde de la localidad, y subrayan un desfase de 2.300 metros cuadrados de edificabilidad. "El gran perjudicado siempre es la ciudadanía en general", zanjan los policías en el texto. El alcalde de Estepona mantuvo ayer que todo se hizo "conforme a la legalidad".

En el convenio, la inmobiliaria Eridano -de la que es administrador único Óscar Jiménez, uno de los últimos testaferros descubiertos a Roca- se compromete a pagar 554.000 euros al Ayuntamiento en concepto de aprovechamientos urbanísticos. El solar al que hacen referencia está formado por "edificaciones ruinosas", según la descripción que se da en ese momento. Hoy acoge un complejo residencial de lujo emplazado en "la nueva milla de oro de Estepona".

"Las cláusulas contemplan la resolución del contrato si no se aprueba el convenio, algo que casi siempre está supeditado a la recalificación del terreno o a la justificación de ausencia de interés patrimonial por parte del consistorio", afirman los policías. El texto se aprobó en febrero de 2006.

Los investigadores creen que Pedro López medió y asesoró "para garantizar el buen fin de la consecución de los intereses particulares" y se preguntan cuál ha sido la dádiva recibida a cambio. Contemplan la posibilidad de que Roca le entregara una yegua de su ganadería Marqués de Velilla, dada su afición por los caballos. La conclusión llega tras el examen de una documentación intervenida en el despacho del ex asesor de Urbanismo en la que aparece su nombre ligado al de la ganadería.

Durante la investigación, los policías observan que Óscar Jiménez se muestra ansioso por zanjar el trato e insiste en que quiere "vivir tranquilo". Cuando hablaba por el móvil, pedía a sus interlocutores que les dieran los detalles de la operación "por un teléfono fijo". Intuía que le estaban investigando.