Un violador acepta 44 años de prisión por nueve agresiones sexuales en Valencia
Un hombre aceptó ayer 44 años de prisión por nueve agresiones sexuales conocidas, tres de ellas violaciones consumadas y otras seis en grado de tentativa. Entre las víctimas, dos menores, Los hechos se produjeron entre diciembre de 2004 y abril de 2006, en el distrito de Saidia, en Valencia. El procesado, Enrique César M.V., reconoció ayer los hechos ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Valencia y aceptó la propuesta del fiscal de 44 años de cárcel. La fiscalía quería evitar que las mujeres se vieran de nuevo sometidas a la situación de relatar las agresiones.
Según el fiscal, el inculpado agredió a su primera víctima el 12 de diciembre de 2004, cuando la empujó al interior de un garaje y abusó sexualmente de ella. El 10 de abril de 2005, abordó a otra mujer y la arrastró sujetándola por el cuello hasta un rincón. La víctima logró escapar. Siete días después, alcanzó a una menor, de 14 años, y la tiró al suelo para intentar violarla. No consumó la acción porque vio que una vecina llamaba a la Policía.
El 18 de julio siguió a otra víctima y la abordó con un cúter. La obligó a entrar en un parque, la desnudó e intentó penetrarla. Oyó voces y no pudo. Entonces, le tapó la boca y la llevó a un callejón sin salida, donde consumó la violación. La quinta víctima, de 17 años, fue abordada por el acusado el 22 de agosto de 2005, cuando iba a entrar en su casa. La sujetó por el cuello con un brazo y trató de llevársela por la fuerza. No lo consiguió porque la joven gritó.
El 4 de septiembre del mismo año, a las 5.45, alcanzó por detrás a otra mujer mientras caminaba, la obligó a entrar en un garaje, la tiró al suelo y le quitó la ropa. En la madrugada del 16 de octubre de 2005, se acercó a su séptima víctima, le exhibió una navaja, la cogió del cuello, la tiró al suelo, la desnudó parcialmente e intentó violarla sin conseguirlo, porque pudo gritar y escapar corriendo. El octavo intento tuvo lugar el 14 de abril de 2006, cuando el acusado abordó a otra mujer y le puso una navaja en el cuello y la obligó a acompañarlo hasta el cauce del río, donde intentó violarla. No lo logró porque unas personas le vieron. Finalmente, a las 3.30 del mismo día, el hombre abordó a otra mujer, a la que, tras pedirle un cigarrillo, empujó y tiró al suelo hasta que ésta pudo zafarse y pidió ayuda.
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