Si viaja tenga cuidado con el móvil
Las llamadas desde el extranjero seguirán siendo prohibitivas hasta después del verano
Adrian es uno de los 16 millones de turistas británicos que visitan cada año España. Habla por su móvil mientras apura una cerveza en la madrileña plaza de la Paja, una zona céntrica del casco antiguo que los fines de semana se convierte en un hervidero de jóvenes y de guiris. Lleva sólo dos días en España y ya sabe perfectamente lo que llama con chanza big bottle (botellón). Pero de la eurotariff (eurotarifa) no sabe nada. Lo mismo le ocurre a Juan Muñiz, un ejecutivo de una compañía eléctrica española, que llama desde su Blackberry en el aeropuerto de Barajas, en la cola de embarque de un vuelo para Bruselas, donde pasa la mitad de la semana. Adrian viste pantalones cortos, shorts y chanclas, y Juan, un impecable traje de raya diplomática. Pero tienen algo en común: ninguno de los dos sabe lo que paga cuando llama a su país y ambos tienen la convicción de que hablar por el móvil en el extranjero es muy caro.
Llamar a Madrid desde París o Berlín cuesta hasta seis veces más que desde Cuenca, más de un euro por minuto
Las autoridades de la Unión Europea piensan exactamente lo mismo. Por eso acaban de aprobar unas nuevas tarifas -las desconocidas eurotarifas para Adrian y Juan- a las que tienen que sujetarse las compañías de móviles y que suponen una rebaja de hasta el 70% sobre las actuales. Para resumir: llamar desde cualquiera de los 26 países de la UE distintos al de origen no podrá costar más de 49 céntimos de euro por minuto (incluyendo el establecimiento de llamada), y recibir llamadas en el extranjero, 24 céntimos por minuto.
Si Adrian y Juan hubieran comprado el periódico el fin de semana hubieran disipado erróneamente sus temores a hablar por el móvil. Y es que, en teoría, las nuevas tarifas ya están en vigor desde el día 30 de junio. Pero sólo sobre el papel. Porque todas las compañías -¡todas!- se han acogido al plazo de dos meses que les ha dado Bruselas para adaptarse a las eurotarifas, así que, en la práctica, ninguno de los abonados de Movistar, Vodafone u Orange disfrutará de la rebaja al menos hasta septiembre cuando viaje fuera de España.
Así que si le apasionan los atardeceres del Sena o le da un ataque de historicismo ante los restos del muro de Berlín y le apetece compartir sensaciones vía móvil con un compañero de oficina en Madrid, conténgase. Recuerde que esa llamada desde París o Berlín a Madrid le va a costar hasta seis veces más que si llama desde Cuenca, entre un euro y un euro y medio por minuto.
Y si es el colega de la oficina el que se aburre y le llama, también tenga cuidado. Descolgar el móvil en el extranjero tampoco es gratis. Cuesta alrededor de medio euro por minuto. Lo más práctico es, por este orden: a) tener desconectado siempre el contestador; b) comprobar la identidad del llamante; c) no responder a ninguna llamada no identificada y a casi ninguna conocida.
No obstante, si le resulta imposible contener la adicción al móvil hay recetas caseras que le pueden ayudar. La más útil es llevarse un móvil liberado (los que se pueden usar con todas las compañías) y agenciarse una tarjeta de prepago de una operadora del país al que se viaje.
Si no le gusta practicar idiomas, y prefiere las matemáticas, la opción es acogerse a uno de los planes especiales de las operadoras para salir de viaje (My Europe de Movistar; My Passport de Vodafone o los bonos de Orange) e intentar hacer números para saber lo que cuesta realmente cada llamada.
Los sms también pueden ser una solución. Pero, ojo, en el extranjero también valen más. Mientras que la tarifa estándar en España es de 17 céntimos (con IVA), remitirlos desde el extranjero cuesta 52 si el destino es España y 75 céntimos a otro país. Eso sí, no haga caso a las leyendas urbanas; recibirlos no cuesta nada.
Y, por último, si realmente quiere sentir lo que sentían los auténticos viajeros del siglo pasado, y no los coroneles tapiocas del presente, olvide el móvil en el cajón y disfrute.
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