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El PSOE sólo votó en solitario el 26% de las leyes autonómicas

El PP apoyó 16 de las 38 normas aprobadas en tres años de legislatura

Lourdes Lucio

Desde que el PSOE recuperó la mayoría absoluta tras las elecciones autonómicas de 2004, una de sus constantes preocupaciones en estos tres años de legislatura ha sido la de no quedar aislado en las votaciones parlamentarias. El diálogo con los grupos ha sido, según opinó Manuel Chaves en el reciente debate de la comunidad, una de las "señas de identidad" de este mandato. De las 38 leyes aprobadas por el Parlamento hasta el 30 de junio, el PSOE votó únicamente en solitario 10 (el 26%). El resto de las normas recibieron apoyos de otros grupos. En 11 ocasiones, las leyes salieron aprobadas por unanimidad.

Del debate político suelen destacarse las discrepancias y del Parlamento, las broncas de las sesiones de control. El trabajo legislativo, que se cocina en las comisiones de la Cámara, es en muchas ocasiones ingrato para los parlamentarios porque es casi invisible para los medios de comunicación.

Las discusiones de meses desde que la ley entra el registro hasta que sale aprobada por el pleno no tienen apenas protagonismo, salvo meteduras de patas sonadas como la ley de Vivienda Protegida y Suelo, que el PSOE apoyó en solitario, aunque desde el mismo momento en que lo hizo anunció su intención de modificarla. Esta labor de presentación de enmiendas, negociación y transacción, tanto en el grupo socialista como en el popular, lo realizan en gran número las diputadas.

El consenso en torno a las leyes remitidas por el Ejecutivo autonómico ha sido elevado. Los diputados socialistas tan sólo han votado en solitario una decena de leyes, según los datos elaborados por este periódico. Entre ellas figuran las de los presupuestos de la comunidad para 2005, 2006 y 2007 y las llamadas leyes de acompañamiento, la citada ley del Suelo, la ley antibotellón, la ley del Gobierno y la ley del Instituto de Patrimonio Histórico.

Por el contrario, 11 leyes han sido aprobadas por unanimidad. Destacan las de cooperación internacional, la del estatuto de andaluces en el mundo o la ley de reforma del Consejo Consultivo.

El 74% de las leyes ha logrado el apoyo de los socialistas y otro o más grupos. En contra de lo que se pueda creer no ha sido Izquierda Unida el que más veces ha sumado sus votos al PSOE, sino el Partido Andalucista. Socialistas e IU han desterrado, al menos en esta legislatura, las malas relaciones políticas que arrastraban desde hace muchos años, especialmente, desde la etapa de la llamada legislatura de la pinza (1993-1996).

Los grupos socialista e Izquierda Unida han sido los que hicieron posible que la proposición de ley de reforma del Estatuto de Autonomía se aprobase en el Parlamento y llegara al Congreso de los Diputados. Y también trabajaron codo con codo con las leyes del llamado impulso democrático. IU ha apoyado el 53% de las normas remitidas por el Gobierno (20); votó en contra de 10; y se abstuvo en ocho ocasiones.

A pesar de las malas relaciones que han mantenido las direcciones del PSOE y del Partido Andalucista, después de ocho años de gobierno de coalición, han sido los cinco diputados andalucistas los que en más ocasiones han dado su apoyo a los proyectos de ley del Gobierno. El PA votó a favor de 26 normas, en contra de 10 y se abstuvo en dos.

El principal grupo de la oposición tampoco se ha distinguido por rechazar la mayoría de las normas. El PP ha apoyado el 42% de los proyectos de ley (16), ha rechazado 14 y se ha abstenido en dos. El nivel de crispación entre el PP y PSOE fue especialmente significativo en el primer año de legislatura, a cuenta de las leyes del impulso democráticos (cesantías de los ex presidentes, incompatibilidades de altos cargos, reforma de la ley electoral y publicidad institucional). Los populares llegaron a un acuerdo sobre todos estos asuntos pero lo rompieron en el último minuto por indicaciones de su presidente en Andalucía Javier Arenas.

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