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OPINIÓN
Columna
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Deslumbrados e insomnes

La contaminación lumínica también tiene consecuencias sobre la salud humana. Si nos exponemos a la luz también durante las horas de oscuridad, el ciclo circadiano se altera y aparecen el insomnio, el estrés, incluso episodios depresivos. Hace poco se ha descubierto que el uso de luces tipo led en habitaciones de niños pequeños es desaconsejable porque produce alteraciones en el sueño. La relación entre contaminación lumínica y salud en humanos es un campo en el que habrá que seguir investigando. Por lo pronto, un estudio estadounidense sostiene que la incidencia del cáncer de mama aumenta en mujeres expuestas a más horas de luz artificial, por ejemplo las enfermeras del turno de noche. Demasiada iluminación mal dirigida en las carreteras sólo consigue deslumbrar a los conductores; en las calles, termina cegando al peatón, dejándolo indefenso ante una posible agresión. Al contrario de lo que se piensa, un exceso de luz mal dirigida es un factor de inseguridad. No hay que confundir la buena visibilidad con el exceso de iluminación pretendiendo convertir la noche en día. Esto sólo conduce al despilfarro energético y a la generación innecesaria de residuos contaminantes y gases de efecto invernadero. Se puede iluminar correctamente reduciendo el consumo, usando lámparas eficientes, enviando la luz sólo donde se necesita y usando la cantidad necesaria. En los noventa, un grupo de astrónomos aficionados catalanes, preocupados por el deterioro del cielo nocturno, empezaron a hablar de los perjuicios económicos, ecológicos y sociales de la contaminación lumínica. Pero aquel germen logró impulsar una Ley para paliar el problema en Cataluña a la que siguieron las de Navarra, Baleares, Cantabria o Andalucía, aún en trámite. Tardaremos tiempo en ver las consecuencias prácticas de esas legislaciones. Mientras, por desgracia, en la sociedad sigue primando el "cuanta más luz, mejor". La paradoja es que nuestro gran aliado contra la contaminación lumínica es el cambio climático: motivados por el ahorro energético, algunos ayuntamientos y comunidades autónomas ya están cambiando farolas y bombillas. A ver si cunde el ejemplo.

Pere Horts es fundador y vicepresidente de Cel Fosc.

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