"Arde Galicia porque le plantan fuego"
Siete décadas vitales y un empeño: investigar en Galicia. Una preocupación: los incendios forestales que asolan el país.
Pregunta. Mujer e investigadora. ¿Siguen siendo dos circunstancias contrapuestas?
Respuesta. En absoluto. No comparto esa idea. Al menos en mi caso no ha sido determinante ni profesionalmente ni en mi vida privada. Siempre he procurado que ambas circunstancias no interfirieran entre sí. He delimitado los campos por los que se mueve mi vida.
P. No parece que los años cincuenta fueran los más propicios para que una mujer descubriera el mundo de la investigación física.
R. La física me descubrió a mí. Cuando terminé la carrera decidí quedarme en la Universidad para investigar porque me gustaba más que la docencia.
Me preocupan los incendios y tengo en marcha un proyecto, que es muy importante para este país, y quiero terminarlo
Los desafíos son para enfrentarlos, para ir a por ellos. Si eres arriesgada te lanzas y avanzas. A mí me gustan los desafíos
P. Todo un lujo en aquella mitad del siglo XX.
R. Sí, pero las posibilidades en 1955 eran las que eran. Realmente escasas. Me metí donde pude, me acomodé, me desarrollé y luego avancé.
P. Avanzó siendo la primera mujer, digamos que pionera en su carrera, en muchos aspectos de la investigación en España.
R. Eso es para mí un orgullo, porque los desafíos son para enfrentarlos, para ir a por ellos. Si eres arriesgada te lanzas y avanzas. A mí me gustan los desafíos, no puedo negarlo.
P. Eran tiempos más propicios para el miedo que para la aventura.
R. Nunca tuve miedo. Me gustan los retos y, además, me gusta ganar.
P. Ganar en tiempos difíciles. La última mitad del siglo pasado fue muy complicada. ¿Cómo ve la historia de ese tiempo?
R. ¿Qué quiere? ¿qué le hable del franquismo?
P. Si es necesario...
R. (Sonríe con la ironía prendida en la mirada)...He estado mucho tiempo fuera.
P. Fuera, compitiendo en una carrera sin pausa.
R. Para ser investigador, más si eres mujer, hay que ser una corredora de fondo. Siempre. En Galicia o en cualquier sitio. También en Inglaterra, en Francia mucho más, tanto como aquí. Son dos países donde he trabajado mucho, para lo que tuve que prepararme a fondo, aprender los idiomas...
P. Los investigadores son invisibles para el gran público. ¿Duele o se asume como natural?
R. Yo hago mi trabajo, voy a por mi objetivo. Lo que piensen los demás me trae sin cuidado. De lo contrario me pasaría la vida preocupándome para que me vieran.
P. ¿Y la vanidad?
R. Eso no me ha interesado nunca. Ese es un asunto de hombres, que hacen las cosas para lucirse, para ser vistos... No es mi caso. A mí me interesa el trabajo y los resultados. Disfruto mucho investigando.
P. ¿Eso se llama felicidad?
R. Sí. Yo soy muy feliz en mi trabajo. Siempre lo he sido, aunque ha habido tiempos de escasez, cuando la Universidad no tenía medios y tenías que marchar al extranjero... Y triunfar, porque yo fui la primera mujer contratada por la Universidad de Manchester como catedrática, cuando aún no lo era en España.
P. ¿Es más reconocida internacionalmente que en Galicia?
R. Me siento muy satisfecha del reconocimiento internacional pero también del español. Mis trabajos son bien valorados en las universidades españolas, soy conocida en todas ellas, tengo prestigio en España, mucho. Estoy muy satisfecha en ese sentido. Tampoco tengo quejas de Galicia, ni como investigadora ni como docente.
P. Ha superado la edad de la jubilación y sigue en este despacho de la universidad. ¿El investigador no se retira nunca?
R. De la docencia sí, pero en la investigación aún estoy empeñada. Aún tengo proyectos.
P. ¿Para sentirse o ser útil?
R. Pensarás que soy una arrogante pero no es así. A mí la vida me fue poniendo muchas dificultades. Conseguí mis objetivos y traje para España los conocimientos en microcalorimetría, que estudié con el profesor Calvet. Me correspondió ser la introductora en nuestro país de esta materia. Tuve y tengo seguidores y la satisfacción de ver que cada vez que acudo a un congreso mi prestigio va en aumento. Eso es un gran estímulo.
P. ¿Ahora qué sucede?
R. Pues simplemente que tengo una preocupación sobre los incendios forestales y tengo en marcha un proyecto, que es muy importante para este país, y que quiero terminarlo.
P. ¿Por qué arde Galicia?
R. Porque le plantan fuego.
P. Año 1889, Gobierno tripartito en la Xunta, un verano de locura. Año 2006, Gobierno bipartito, otro verano atroz de incendios. ¿Hay tramas organizadas?
R. Eso lo dices tú. (Hace una pausa). Yo me guardo mi opinión. Galicia arde porque le plantan fuego, cada quien que saque sus conclusiones.
P. Este verano el Ejército y 10.000 personas trabajarán para prevenir. ¿Es la solución?
R. La vigilancia es la alternativa. Galicia dispone del mejor mapa del país de zonas de riegos de incendios y debe aplicarse. Nosotros hemos partido de las experiencias de Canadá, Estados Unidos, Rusia y Australia, a las que hemos sumado nuestras aportaciones, ahí están para que se tengan en cuenta.
P. ¿Cómo quedará Galicia después de esta locura incendiaria?
R. Los valles puede que se salven pero los montes quedarán convertidos en pedregales.
PIONERA DE LA INVESTIGACIÓN EN GALICIA
María Inmaculada Paz Andrade tiene la mirada clara y serena, el verbo fácil, la retranca a mano y la ironía como un as en la manga. Viene de la burguesía ilustrada de Pontevedra y nació en la calle dedicada a su abuelo, el poeta Juan Bautista Andrade. Se siente orgullosa de su familia y de sus apellidos. Es antifranquista desde la infancia, que compartió con la hija de Alexandre Bóveda, y otros niños que vivieron la represión de la posguerra. Catedrática de Física Aplicada, es una pionera de la investigación en Galicia. Reconocida internacionalmente, introdujo en España los estudios de microcalorimetría. En el verano de 1989 sintió la preocupación por los incendios forestales y se empeñó en investigar las causas y sus consecuencias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.