Ebullición en La Caldera
En el local del barcelonés barrio de Gràcia de La Caldera se presentó la noche del jueves en el marco de la programación del Festival de Verano Caldera Express'07 un laboratorio de creación que ha tenido como invitado al coreógrafo estadounidense Johan Jasperse. Éste ha realizado un interesante trabajo, que lleva por título Misuse liable to prosecution, con ocho bailarines españoles durante cuatro semanas.
La experimentación para desarrollar y profundizar sobre los nuevos lenguajes artísticos en el campo de la danza es el objetivo de esta propuesta, que resultó estimulante para el público que llenaba el espacio escénico de La Caldera y entre el que se pudo ver al mismísimo Ricardo Szwarcer, el director del Grec, y a muchos espectadores jóvenes: la entrada era gratuita y ése fue, sin duda, otro de los grandes aciertos que deparó la noche.
Antes de iniciarse el taller, el codirector artístico de La Caldera, Alexis Eupirre, presentó a Johan Jasperse, quien habló sobre su trabajo durante esas cuatro fructíferas semanas y de cómo han conseguido los objetos que forman las escenografía, la mayoría de ellos encontrados por los contenedores de basura de las calles cercanas: colgadores, escobas, botellas de plástico, sillas... El llamativo enjambre que con los colgadores metálicos ha formado, y que pende en medio del escenario, parecía un cuadro del pintor, también estadounidense, Jackson Pollock (1912-1956), uno de los artistas más representativos de lo que se ha dado en llamar la pintura de acción (action painting). Y es que a lo largo de este taller hay muchas connotaciones cromáticas entre la danza y la pintura de ambos artistas.
Diálogo hombre-objeto
Una propuesta como la de Misuse liable to prosecution resulta interesante desde diferentes puntos de vista; uno de ellos es la relación que se ha acabado generando entre cada uno de los intérpretes con los objetos, pues en ocasiones éstos se convierten en enemigos y se entabla así entre el humano y el objeto un diálogo de negociación ágil, urbano y cotidiano.
El baile, por su parte, es dinámico, no sigue unas pautas rígidas, sino que se deja llevar por la improvisación y la curiosidad de crear nuevas formas, lo que da frescura a la pieza. Para Jasperse, el cuerpo humano es un mapa que se va dibujando conforme avanza la vida y se acumulan experiencias, por eso utiliza el cuerpo de cada uno de los bailarines de forma diferente, cada uno de ellos desarrolla su propia personalidad en escena.
También resulta muy estimulante y adecuada la música en directo que interpreta la propia compositora Zeena Parkisn, una de las pioneras de la arpa eléctrica. Con sus procesamientos digitales crea unos bellos y originales paisajes sonoros. Este laboratorio de creación puede verse hasta hoy domingo, pero su éxito ha conseguido que las entradas estén ya agotadas.
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