Koldobika Jauregi muestra en San Sebastián su exploración creativa en la oscuridad

La idea de trabajar la oscuridad como un elemento creativo ronda la mente del escultor Koldobika Jauregi (Alkiza, 1959) desde hace años. Le atrae "la metamorfosis de formas" que se da durante la noche y la sensación "de quietud" que se respira en ese momento, comenta. Esa idea se puede contemplar ahora plasmada en medio centenar de obras realizadas en los últimos meses y expuestas hasta el 10 de septiembre en la galería donostiarra Ekain. La muestra se completa con una colección de joyas de diseño de oro y plata, terreno creativo en el que Jauregi se adentra por primera vez.

A diferencia de las grandes esculturas que modela para espacios públicos, el creador guipuzcoano presenta aquí piezas de pequeño tamaño elaboradas en hierro y madera, materiales que ha perforado para jugar con la oscuridad, un campo abierto a "la ensoñación y la magia". Porque precisamente lo que más le interesó cuando estaba preparando el contenido de la muestra en su taller fue lo que surgía detrás de esas perforaciones. "Ese negro que buscaba con tintas o quemados estaba ahí de repente. Lo más interesante es justo lo que yo no he puesto", explica este escultor de proyección internacional, al que le viene atrayendo la oscuridad desde el principio de su carrera, cuando empezó a entrar a las iglesias.

Jauregi hace reposar sobre sus piezas símbolos tanto de Oriente -entre los que aparecen chacras que pueden recordar a flores o ruedas de carro que reflejan el movimiento-, como de Occidente, entre los que se pueden encontrar cruces. Es un trabajo que mezcla la cultura oriental y la occidental, un proceso creativo marcado por la espiritualidad, pero que no está relacionado con la religión, sino más bien por "una reflexión individual y filosófica", apunta el artista.

Para plasmar estos símbolos el escultor se vale de un viejo conocido para él como es el oro, que le interesa por el brillo que aporta y no por su valor. También utiliza la tiza, que despierta interés en él como "cal viva" que tiene el poder de "sanear".

Jauregi se estrena en esta exposición con las joyas, un terreno en el que había realizado algunos intentos, pero en el que hasta ahora no se había zambullido en serio. Ha elaborado colgantes, pendientes y anillos en plata y oro, materiales que, al igual que ha hecho con las esculturas, ha perforado con símbolos parecidos. "He pasado de un macromundo a un micromundo y, a veces, me ha costado ajustarme al formato", reconoce.

El artista considera que "una obra de arte es realmente una buena obra de arte cuando de dos milímetros podría subir de escala a 200 metros sin tener problema alguno. Cuando es capaz de crecer y sigue teniendo el mismo poder". Eso sí, admite que este salto no es siempre posible en todos los autores ni con todo lo que hacen.

Ixilunea. Galería Ekain. Iñigo, 4. San Sebastián. Hasta el 10 de septiembre. Horarios: de lunes a sábado, de 11.30 a 13.30 y de 17.30 a 21.00; domingo cerrado.