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AIRE LIBRE

Rozando las olas

El skimboarding se originó en los años veinte, en las playas del sur de California, pero hasta hace unos tres años era prácticamente desconocido en España. Actualmente, unos 300 aficionados lo practican cada día en playas de las provincias de Barcelona y Cádiz. A diferencia del surf, hay que esperar en la arena y correr hacia el agua cuando rompe una ola. Antes de que la espuma se retire, hay que arrojar la tabla, saltar encima y deslizarse sobre la fina

capa de agua (de ahí el término skim, pasar rozando en inglés) en dirección a la ola que viene a continuación, para luego girar 180 grados y surfearla. "Ante todo se requiere agilidad y equilibrio, pero es más fácil que el surf", explica Borja Bartolomé, uno de los skimmers pioneros en España y también fundador y webmaster de la página www.skimboard.es. Las tablas, más pequeñas y finas que las de surf, suelen están rellenas de una espuma de alta densidad y recubiertas de fibra de vidrio. Cuestan en torno a 200 euros y en España pueden comprarse en tiendas de surf, y en webs como la de Borja Bartolomé.

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