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Reportaje:Atentado suicida contra turistas españoles

Aventureros y apasionados de los viajes exóticos

Dos matrimonios y dos nómadas vocacionales encontraron la muerte en Yemen. Cuatro eran profesores

Dos matrimonios catalanes perdieron la vida el lunes en Yemen. De las siete víctimas del ataque terrorista, cuatro eran profesores. Las dos víctimas vascas eran de Zarautz (Guipúzcoa): un veterano aventurero y una joven que quería seguir sus pasos. Todos eran conscientes de los riesgos. No era la primera vez que viajaban a lugares exóticos. Su pasión de viajar les llevó a Yemen, lugar peligroso pero habitual en los circuitos alternativos, y donde no se conocían ataques a turistas desde hacía años. Hasta el lunes.

GABRIEL TORTOSA E ISABEL ARRANZ La pasión de viajar

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La pasión del matrimonio que formaban Gabriel Tortosa y Maria Isabel Arranz era viajar. Hace un año pasaron sus vacaciones en Japón y con anterioridad en México. Estaban muy ilusionados con el viaje a Yemen. Así lo explicaron a sus familiares en la verbena de San Juan que celebraron, a modo de despedida, en su casa de la parte alta de Barcelona, a medio caballo entre los barrios barceloneses de El Carmelo y Horta. En poco menos de tres años, la pareja había convertido su domicilio en un verdadero museo, en el que se amontonaban los recuerdos de sus viajes.

Gabriel y María Isabel se habían casado en 2003. Los dos eran de origen humilde. Gabriel nació en Badalona. Era el único varón de una familia oriunda de Granada, que en la década de los años setenta se trasladó a vivir al polígono de la Virgen de la Salud, muy cerca de la central térmica del Besós, donde su padre encontró por aquella época trabajo como portero.

El matrimonio Tortosa tenía dos hijas, una de ellas inválida. María Isabel era hija única de una familia originaria de Burgos que se afincó en los años 1960 en el barrio Hebrón de Barcelona. Gabriel Tortosa, ingeniero de profesión, trabajaba como agente en el departamento comercial de Telefónica. Ella, licenciada en Ciencias de la Educación, había encontrado trabajo en el Colegio de la Sagrada Familia.

Gracias a los ahorros acumulados en los años previos a su boda habían podido pagar la entrada de una vivienda del Carmelo: un piso de clase media, de 90 metros cuadrados, tres dormitorios y una terraza. El resto, hasta los 390.000 euros, corresponde a una hipoteca. "Se me hará muy difícil no verla por las mañanas salir de casa y descender por la calle para ir a pie a su colegio, en nuestro barrio", aseguraba ayer una de las vecinas del domicilio de la pareja fallecida. En el aparcamiento, puntualiza, ha quedado lleno de polvo su coche.

El mismo estupor y sorpresa se vivía en el barrio de Badalona, en el que viven los padres de Gabriel. Una prima del fallecido aseguró que "él era una persona muy inteligente" y "ella muy maja", para acabar quejándose de que "ha sido una sorpresa dolorosa, porque además he tenido que enterarme por la televisión".

TERESA PÉREZ Y ANTONIO POMÉS "No tenía miedo"

Cada año hacían algún viaje largo. El año pasado fueron a México y este año eligieron Yemen para pasar al menos tres semanas. Teresa era profesora en el colegio Sagrada Familia de Barcelona. Antonio trabajaba en un banco. El matrimonio era amigo de los también fallecidos Gabriel Tortosa e Isabel Arranz. Teresa era compañera de esta última en el colegio. La pareja tenía una única hija, Nerea, que trabaja de técnico en TV3.

El matrimonio llevaba más de 30 años viviendo en el segundo piso del número 28 de la calle Escultor Ordóñez, en el distrito de Nou Barris de Barcelona. "Vino el miércoles y me dijo que se iba el sábado a Yemen. '¿Cómo que te vas a Yemen?', le dije. Pero no tenía nada de miedo. Le hice un tinte y mechas y me dijo que le dejara el pelo corto porque allí haría calor", decía ayer Gràcia Luque en la peluquería situada frente a la casa del matrimonio.

La pareja era muy correcta pero también muy reservada, coincidieron varios vecinos de escalera. En el colegio donde trabajaba Teresa el drama flotaba en el ambiente. "Era una persona excelente", dijo el director, el hermano Gregorio Ruiz.

MARTA BORRELL Profesora viajera

Marta Borrell, de 54 años, hacía tres que ejercía como profesora en Taialà, donde además de dar clases a los pequeños había sido tutora y participaba en actividades de refuerzo escolar en el aula de informática. Le gustaba viajar. Familiares de Marta, que deja dos hermanos y una madre bastante mayor y enferma de Alzheimer, se mostraban ayer "absolutamente destrozados" y declinaron hacer más declaraciones, mientras se preparaban para viajar por la tarde hacia Madrid, a la espera de los aviones que iban a repatriar a los cadáveres y los heridos.

Junto a ella viajaba su compañero sentimental, Esteve Masó, que resultó herido en el atentado. Masó es profesor de lengua y literatura castellana en el Instituto de Educación Secundaria Josep Brugulat de la localidad gerundense de Banyoles, localidad donde la pareja residía a temporadas. El director del centro, Albert Bayot, hablaba ayer la gran afición de Masó por los viajes "exóticos", aunque precisó que "normalmente no se iba tan lejos". De hecho, días antes del final de curso, los profesores del instituto habían bromeado con Masó sobre los "peligros" que podía entrañar el país asiático.

MIKEL ESSERY Un espíritu nómada

Mikel Essery nació en Zarautz (Guipúzcoa) hace 54 años, aunque ahora residía en San Sebastián. Llevaba media vida viajando, pasión que combinaba con su profesión de maestro. El gusanillo por conocer mundo nació ligado a su deseo de comprobar sobre el terreno "los procesos revolucionarios" de Nicaragua, Irlanda y Palestina, recordó ayer el periodista Roge Blasco, quien tuvo ocasión de entrevistarle en diversas ocasiones con motivo de sus viajes por África, Asia y América.

"Era un hombre con un espíritu nómada, abierto y universal", subrayó Blasco. "Era un todoterreno que lo mismo se amoldaba a trabajar como profesor en un núcleo rural que en una ciudad; que lo mismo viajaba solo que hacía de guía de un grupo", destacó Josu Iztueta, otro gran viajero vasco.

Essery ejerció de guía por primera vez en 1985, saltando de costa a costa de Estados Unidos. Seis años después fundó con unos amigos la agencia Banoa. "Fue uno de los pioneros en Euskadi de lo que se llamó viaje alternativo", apuntó Blasco. Recién separado y con dos hijos, el aventurero zarautztarra partió hacia Yemen el pasado 30 de junio, una vez terminado el curso escolar. Conocía bien el país y a sus gentes, a las que quería "mucho", porque había estado allí "cinco o seis veces", según confirmaron sus familiares. "Nunca había ocurrido ningún percance", aseguró Alberto, uno de sus tres hermanos. "No pensaba en el peligro", señaló Juantxo Irazu, compañero de trabajo de Essery en la ikastola donostiarra Intxaurrondo Hegoa, donde el fallecido impartía en la actualidad clases de inglés.

MAGIS ÁLVAREZ "Conocer mundo"

Magis Álvarez Calleja nació hace 24 años en Zarautz, donde vivía cuando no estaba fuera. Estudió en el colegio público Orokieta y en el Instituto de Zarautz, pero lo que realmente deseaba era "conocer mundo", relató su primo Oihan Etxaniz Calleja. "Era muy echada para delante. Valía mogollón y era muy trabajadora", destacó el joven, quien, en más de una ocasión, alabó a su prima por el valor que tenía.

Su padre, ya fallecido, era de Uruguay, y hasta allí voló para verlo una vez que su madre y él se separaron, según detalló su primo. La mediana de tres hermanas, Álvarez estaba acostumbrada a trabajar en hostelería desde bien joven. Ahorraba dinero y se iba de viaje. "Ha estado por Singapur, Australia, Argentina, Irlanda...", enumeró el joven.

Tras trabajar como camarera los fines de semana en el restaurante del Hotel Zarautz, empleo que compatibilizaba con el de azafata para promocionar una marca de tabaco, la joven partió hacia Yemen como ayudante de Mikel Essery, pues su sueño era convertirse también en guía.

Con información de Natalia Iglesias en Girona, Sebastián Tobarra, Ferran Sales y Pere Ríos en Barcelona y Yolanda Montero en San Sebastián.

Mikel Essery, a la izquierda, con su hijo, el pasado 14 de abril en Tudela.
Mikel Essery, a la izquierda, con su hijo, el pasado 14 de abril en Tudela.
Marta Borrell, en el colegio de Girona donde ejercía como profesora.
Marta Borrell, en el colegio de Girona donde ejercía como profesora.

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