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Reportaje:TEATRO

Lope y los menores de 30

La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico y La Compañía Siglo de Oro de la RESAD llegan al Festival de Almagro

Adolfo Marsillach, fundador y primer director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), tuvo un sueño: crear una compañía joven para abordar el Siglo de Oro. Él mismo no lo vio claro y paró en seco el proyecto. Pero se arrepintió de haberlo matado. Ése es el embrión de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, que acaba de nacer y que presenta hoy Las bizarrías de Belisa, de Lope de Vega, en el Festival de Teatro Clásico de Almagro (hasta el 7 de julio).

En el festival manchego se presenta también el segundo montaje de otro grupo teatral recién creado, Compañía Siglo de Oro, que surge bajo el impulso de la Fundación de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). Morir pensando matar (del 19 al 22 de julio) es el título elegido para celebrar el cuarto centenario del nacimiento de Francisco de Rojas Zorrilla.

Mientras la primera compañía trata de escarbar entre los mejores elementos del joven teatro nacional, la segunda se plantea como objetivo prioritario cultivar y dar a conocer el ingente repertorio del teatro clásico español, además de crear un puente hacia la profesión a los egresados de la RESAD.

Entre ambas, no hay pique. "Todo lo que sean núcleos de estabilidad, con un discurso artístico sólido, tiene que ser bien recibido y ambas compañías no sólo no son incompatibles sino que son complementarias", dice Ernesto Caballero, director de Morir pensando matar.

La Joven, como ya se llama en los foros teatreros al nuevo proyecto de la CNTC, se ha estado preparando concienzudamente durante dos años. Sus promotores han estudiado alrededor de mil currículos, lo que lleva a pensar que hay muchísimo joven actor en nuestro país buscando trabajo. Se ha seleccionado a 400 y éstos, uno a uno, han hecho audiciones.

Cantera sólida

Eduardo Vasco, director de la CNTC, afirma que los actores más preparados son de la RESAD de Madrid: "Creo que se debe al profesorado y a que seleccionan gente de toda España, el nivel es altísimo. Quedaron atrás los tiempos en los que apenas se hacían clásicos. Esta generación lleva años viendo cosas muy importantes y es una cantera sólida con la que hacer teatro cercano al espectador del siglo XXI sin perder la belleza que pretendía el autor del XVII", sostiene.

Ningún actor de la Joven supera los 30 años. Cuando los alcancen tendrán que volar hacia otros destinos escénicos. Viendo Las bizarrías de Belisa se concluye que algunos se convertirán en importantes actores. De hecho, si no fuera porque es joven y desconocida, se podría decir que Eva Rufo, esa Belisa energética, coqueta y luminosa, ya es una gran actriz.

La CNTC ha tratado este proyecto con todo el rigor posible. Además de la dirección de Vasco, cuenta con la asesoría en verso de Vicente Fuentes, la iluminación de Miguel Ángel Camacho, la escenografía de Carolina González y el vestuario de Lorenzo Caprile, el afamado modisto cada vez más acertado dentro del mundo escénico. El resto lo pone Lope de Vega con la que está considerada su última obra, publicada en 1637, tras su muerte. Su manuscrito, firmado en 1634, está en el British Museum de Londres. "Es un maravilloso canto del cisne", dice Vasco, que no entiende cómo nadie ha hecho todavía una película sobre la vida de Lope.

El director de la CNTC no tiene como espejo el proyecto de la Joven Royal Shakespeare Company. Sin embargo, los creadores de la Compañía Siglo de Oro no ocultan su mirada hacia el modelo británico. Aunque la aventura española con sede en la RESAD no piensa recurrir a actores jóvenes sino a titulados de la escuela de muy diversas promociones y experiencia.

Silvia Nieva (a la izquierda) y Eva Rufo, en una escena de <i>Las bizarrías de Belisa.</i>
Silvia Nieva (a la izquierda) y Eva Rufo, en una escena de Las bizarrías de Belisa.

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