Para ciudad y carretera
El nuevo Fabia es un utilitario cómodo que gracias a su buena altura permite un acceso fácil y da sensación de amplitud. Tiene un puesto de conducción (volante ajustable en altura y distancia) con buenas regulaciones que se adapta a todas las estaturas, y a pesar de su diseño austero, los materiales son sólidos y presenta unos mandos de accionamiento suaves que facilitan la vida diaria. En cambio, el motor vibra y hace ruido, sobre todo desde fuera, y penaliza el confort.
Un turbodiésel de tres cilindros
El Fabia monta el motor 1.4 TDi con tres cilindros de VW, que se ofrece en versiones de 70 y 80 CV (500 euros más). El primero es suficiente si se va a usar sobre todo en ciudad, pero el más potente, que es el que montaba la unidad de pruebas, resulta más completo porque permite también salir a la carretera con más desahogo. Lo primero que sorprende en ambos es el tacto áspero y las vibraciones que transmiten sus tres cilindros al acelerar a bajo régimen, algo que se nota sobre todo en ciudad. Después, según suben de vueltas, van redondeando su sonido y no resultan tan molestos como al principio, al menos en carretera.
A pesar de su baja cilindrada, la versión de 80 CV responde con fuerza desde bajo régimen, sube de revoluciones con alegría y mueve muy bien el peso: si se acelera con decisión, permite ganar velocidad incluso en las subidas. El cambio de cinco velocidades está bien escalonado, pero exige elegir bien la marcha al adelantar porque tarda en lanzarse en las más largas. Y lo mejor sin duda es el consumo, porque es uno de los coches que menos gastan del mercado: apenas cinco litros en conducción suave; no llega a seis en ciudad, salvo con tráfico muy denso, y sólo supera esa cifra cuando se apuran mucho las marchas.
Buena estabilidad
El pequeño Skoda es un coche fácil de conducir que tiene unos mandos suaves y exige poco esfuerzo, ya sea en ciudad o en carretera. Las suspensiones presentan unos reglajes blandos que priman el confort y muestran unos recorridos amplios muy cómodos en todos los pisos, incluidos los más bacheados. Pero al mismo tiempo ofrecen un comportamiento dinámico estable y seguro, porque el coche se agarra bien al asfalto, no balancea en exceso en zonas viradas y tiene aplomo en carreteras rápidas y autopistas. Así, aunque es un utilitario, permite viajar con garantías sin dar sensación de inseguridad.
Las virtudes del Fabia se completan con unos frenos correctos, a pesar de llevar unos anticuados tambores en el eje trasero, y un ABS que para con equilibrio. Y aunque el equipo de serie es justo, se puede completar con opciones como el imprescindible control de estabilidad ESP (345 euros) y detalles sofisticados como los faros direccionales, que giran en las curvas (240 euros).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.