Las obras de la nueva A-8 donostiarra arrancan tras 15 años de estudios

La Diputación de Guipúzcoa ha necesitado 15 años de estudios y proyectos para poner en marcha la totalidad de las obras del segundo cinturón de San Sebastián. Este nuevo vial de pago, de 16,7 kilómetros entre Lasarte y Rentería, entrará en servicio en 2009 tras una inversión foral de 262,7 millones de euros. A punto de cerrar su mandato, Joxe Joan González de Txabarri puso ayer la primera piedra del tramo Lasarte-Astigarraga.

El segundo cinturón de San Sebastián, que bordeará por el sur la capital, es la solución que manejan los responsables de Carreteras para paliar la elevada densidad de tráfico y los altos índices de siniestralidad que registra la actual variante donostiarra, por la que circulan a diario más de 100.000 vehículos. La nueva autopista entre Lasarte-Oria y Rentería, dividida en dos tramos a efectos constructivos, ya se encuentra en obras en su totalidad. El diputado general de Guipúzcoa, Joxe Joan González de Txabarri, puso ayer la primera piedra del tramo entre Lasarte-Oria y Astigarraga (7,8 kilómetros). Los 8,4 kilómetros restantes hasta Rentería ya están ejecutándose desde finales de septiembre de 2006. La apertura en su totalidad se prevé en 2009, un año después del plazo previsto en el Plan General de Carreteras del País Vasco.

González de Txabarri recordó que la puesta en marcha de todas las obras del segundo cinturón se produce después de 15 años de trabajos. Durante este periodo se han barajado diferentes fechas y presupuestos que han ido incumpliéndose sucesivamente. El anterior equipo foral se marcó en 1999 el objetivo de abrir la nueva autopista en 2004, dada la urgente necesidad de descongestionar el actual trazado de la A-8 a su paso por San Sebastián. Entonces, calcularon un coste de 130 millones, incluidas las expropiaciones.

40.000 vehículos al día

La puesta en servicio del segundo cinturón se retrasará cinco años respecto a aquellas previsiones y su inversión se duplicará. El proyecto constructivo, dividido en dos tramos, salió a licitación por un monto total de 323,2 millones, aunque finalmente se ha adjudicado en 262,7 millones tras las notables rebajas presentadas por las constructoras.

El tramo entre Rentería y Astigarraga, de tres carriles en cada sentido, costará 195,2 millones. Y para los 7,8 kilómetros entre Lasarte-Oria y Astigarraga que comenzaron a construirse ayer se destinarán 97,8 millones a cargo de Bidegi, la agencia de infraestructuras que gestiona las autopistas guipuzcoanas.

El segundo cinturón tendrá una conexión con la N-1 en Lasarte-Oria y otra con la autovía del Urumea en Astigarraga, lo que servirá para "aliviar los accesos a San Sebastián" y "ofrecer rutas alternativas al tráfico de largo recorrido que pasa por Guipúzcoa", según aseguró Bidegi en un comunicado.

La Diputación calcula que este nuevo eje viario absorberá un promedio diario de 40.000 vehículos, la mayoría pesados. Será una carretera de pago, aunque todavía no se ha establecido la tarifa que deberán abonar los usuarios. No obstante, la institución foral ha reiterado que su coste será homologable al que actualmente existente en la A-8.

El segundo cinturón es la principal inversión en carreteras del Ejecutivo guipuzcoano, que prevé culminar su red de alta capacidad en 2010 tras invertir 906 millones. Para esa fecha podrían estar en servicio, además, la autopista AP-1 (Eibar-Vitoria), la autovía del Urumea y el corredor Beasain-Bergara. Las dos primeras estarán ya terminadas el año que viene y el calendario se cerrará cuando se inaugure la Beasain-Bergara.