De comisario a político en un suspiro
Cabello de Alba pasa de ser jefe de policía a 'número dos' del PP cordobés en unos meses
Federico Cabello de Alba (Montilla, Córdoba, 1957) reconoce que se afilió al PP tras las últimas elecciones municipales, vamos, hace un mes, día arriba, día abajo. Y esta semana José Antonio Nieto, presidente de los populares cordobeses, le ha premiado con el cargo de secretario general de su partido en la provincia. La tinta del nuevo carné de militante de Cabello de Alba todavía no se ha secado y es ya el número dos del PP en Córdoba. Es más, su carrera pública como político no se remonta más allá de la última precampaña electoral, aunque era ya conocido debido a que desde 2003 ocupaba el cargo de comisario jefe provincial del Cuerpo Nacional de Policía en Córdoba.
En mayo dejó la policía y se presentó como número dos de la candidatura de Nieto a la Alcaldía de Córdoba. Hoy es concejal y hombre de confianza del presidente de los populares en la provincia. Fue el fichaje estrella de Nieto y, si se hace caso a las habladurías, su futuro podría estar en Sevilla o en Madrid. "Estoy a disposición del partido (...) Pero ahora soy secretario general y no quiero estar en otras labores, al menos, a medio plazo, en unos cinco años", asegura en una conversación telefónica con EL PAÍS.
El dirigente del PP ha recibido dos premios de asociaciones de periodistas
Cabello de Alba entró en el Cuerpo Nacional de Policía como inspector de la Brigada Regional de Información de la IV Región de Barcelona en 1982. Luego pasó por Granada y Ávila, hasta que en 1995 fue nombrado jefe de la Comisaría Local de El Ejido (Almería). En 1999 asciende a la categoría de comisario y un año después lo destinan a Jaén. Regresa a su tierra en 2003 como comisario jefe provincial de Córdoba.
En su currículo se acumulan metales. Cruces al mérito personal y medallas de oro compartidas con otros compañeros de profesión. Pero dos distinciones ayudan a comprender a este policía de trato exquisito con los periodistas: la Aceituna de Oro de la Asociación Profesional de la Prensa de Jaén y el premio Azahar de la Asociación de la Prensa de Córdoba. Son el reconocimiento de los informadores a su buena disposición. Cuando entraba en una redacción un teletipo alertando de un suceso, el redactor de turno soltaba un suspiro de alivio si el caso lo llevaba la Policía Nacional. Se podía llamar a Cabello de Alba, quien ofrecía todos los detalles sobre el caso. "Su teléfono móvil lo tenía todo el mundo, lo normal es que lo tengan los redactores de sucesos, pero es que en Córdoba lo tenían hasta los de cultura... Si no podía contestar, te devolvía la llamada", recuerda un periodista de la ciudad de sucesos.
Lo que para unos era gloria, para otros eran penurias. Cabello de Alba ha reconocido que, durante sus últimos años como comisario, no siempre estuvo de acuerdo con las políticas de seguridad del Gobierno socialista, aunque dice que su profesionalidad le obligaba a acatarlas. "¿Roces con el subdelegado? Había casi todos los días, sobre todo por el asunto de los periodistas", recuerda una persona cercana a la Subdelegación de Córdoba, dirigida por Jesús María Ruiz (PSOE). "Había más sintonía con el anterior subdelegado que era del Partido Popular", añade.
Cabello de Alba ha pasado página ya de su carrera policial. Y ahora se concentra en lo político: "Me atraía desde hacía muchísimo tiempo, pero me ilusionaron definitivamente las garantías del proyecto, la coincidencia ideológica y el equipo". Cabello de Alba reconoce que la apuesta de Nieto por introducir "nuevas caras ha sido valiente". "Quizás yo tenga, en comparación con otros afiliados, menos méritos", añade. Pero con un Nieto reforzado tras las municipales, en las que fue el candidato más votado aunque no ha logrado gobernar Córdoba, es complicado que algún compañero o rival de su partido cuestione las decisiones del presidente provincial del PP.
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