Historias de superación

No nacieron en España pero se han acoplado a nuestro país a las mil maravillas. Son inmigrantes que, a miles de kilómetros de su tierra, han logrado el éxito empresarial. Semanas atrás, seis de ellos recibieron el reconocimiento de la Comunidad de Madrid, la Cámara de Comercio y la Confederación Empresarial de Madrid. Se trata de Cornelia Luminita Tecu, nacida en Rumania y dueña de una pastelería con productos de su país; Pedro Paredes, peruano, que tiene una empresa de pladur con 84 personas empleadas; Nadja Dolskaia, rusa y propietaria de Olive Line International, dedicada a la exportación de aceite de oliva a Rusia y Ucrania; Ángela María Masías, de Perú, que dirige una residencia de ancianos en Galapagar, llamada Agua Viva en Abundancia; Julieta Caccavo, argentina, dueña de un taller (Shatss!) en Carabanchel, donde confecciona y distribuye material de fiesta y cotillones; y, finalmente, Luis Montero (Perú), que junto a sus dos socios, Marc Basté y Carlo Campos (catalán y portugués, respectivamente), crearon el periódico gratuito Latino en 2004.

Madrid supera ya los seis millones de habitantes. De ellos, un millón son extranjeros. Según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, un 30% de las nuevas altas en los registros de la Seguridad Social corresponden a inmigrantes. Además, su aportación a la economía madrileña es cada día más evidente y más imprescindible. "Alrededor del 10% del PIB de la región, unos 14.300 millones de euros netos", tal y como ha asegurado Salvador Santos Campano, ahora presidente de la Cámara de Comercio.

Todos los premiados esconden una historia de superación. Al llegar a España, ninguno pudo trabajar en un puesto acorde con su formación. Tuvieron empleos modestos antes de poder poner en marcha sus propios negocios.