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PSOE y BNG rompen las negociaciones para un acuerdo de gobierno en Lugo

Los nacionalistas dicen que "tomarán nota" para el pacto de la Diputación provincial

El triunfo de las posturas "más radicales" del Bloque y "la sombra permanente de Orozco" fueron los argumentos utilizados por partido socialista y BNG para justificar la ruptura de las negociaciones tras siete reuniones, lío que hace inviable un pacto en Lugo y obligará al socialista José López Orozco a gobernar en minoría. En el futuro inmediato se dibujan nuevas dificultades cuando ambas fuerzas negocien la gobernabilidad de la Diputación, donde el PSOE cuenta desde ayer con la velada amenaza de que el BNG "tomará nota" de todo lo ocurrido estos días.

Si el pasado jueves fue el BNG quien dio un paso importante al admitir la existencia de más de una tenencia única de alcaldía, ayer fue el Partido Socialista quien realizó una cesión considerable en sus propuestas, al admitir la asunción de competencias plenas, incluido el derecho de firma, para aquellas áreas susceptibles de ser gobernadas por los nacionalistas.

Con estas cartas sobre la mesa planeó en el ambiente la posibilidad de que hubiera un entendimiento, en la que estaba anunciada como la reunión definitiva. Pero no hizo falta ni una hora para que socialistas, que llevaban una nueva propuesta, y nacionalistas certificaran sus divergencias de forma definitiva. El reparto de competencias, con la zona rural como gran caballo de batalla, fue el último obstáculo.

Los argumentos de unos y otros se ampararon en números. El portavoz socialista, Luis Ángel Lago, dijo que habían trasladado una propuesta de áreas "muy generosa", para que los nacionalistas tengan en su poder el 29% del gasto municipal. La respuesta del BNG, a través de su responsable comarcal, Xesús Méndez, fue que las delegaciones ofertadas no alcanzaban "ni el 50%" de lo que consideran que les "pertenece".

Cercenada la posibilidad de entendimiento, Lago expuso sus conclusiones: "Tenemos la sensación de que el BNG hoy no está por el acuerdo de gobierno. También tenemos la sensación de que es una decisión tomada hace tiempo y me temo que triunfaron las posturas más radicales del Bloque".

El político socialista no ocultó su grado de incredulidad al comprobar que el BNG tampoco aceptó una cláusula por la que se establecía la obligatoriedad de "consensuar" todos los temas. "Es decir", puntualizó, "estábamos dando el derecho de veto al Bloque en las decisiones, con lo que al PSOE no se le puede pedir más". Lago dijo que su partido deja ahora "la puerta abierta" para retomar la posibilidad de un gobierno de coalición, aunque con la condición de que será el BNG "quien tendrá que llamar".

La "sombra" de Orozco

Desde el BNG se ve todo bajo otro prisma y con una culpabilidad muy personalizada. Esa es la teoría que sostuvo Méndez cuando expresó la convicción de la organización frentista de que detrás de la decisión de ruptura "está la actitud del alcalde de Lugo, el señor Orozco, que fue la sombra permanente de esta negociación y que imposibilitó que exista en este momento un gobierno de coalición".

Méndez también advirtió de la inexistencia de aproximación en cuestiones programáticas como puede ser el Plan General, cuestionó la intención socialista de crear empresas para la gestión de servicios municipales y, entre otras divergencias, expresó el rechazo del BNG a la decisión del PSOE de no crear una galescola en Lugo.

Dejó claro que no será el BNG quien dé el siguiente paso para retomar las negociaciones, ni tampoco admitió discrepancias internas en el seno de la organización frentista en Lugo. "El PSOE haría bien en preocuparse en resolver sus problemas. De hecho, este no acuerdo es fruto de los muchos problemas que ellos tienen, y deben dejar en paz a otras organizaciones como la nuestra que demostró en todo momento unidad, coherencia y saber a dónde queríamos llegar", subrayó.

Por otra parte, y aunque admitió que las negociaciones municipales no están vinculadas a las que han de establecerse en la Diputación de Lugo, Méndez dejó un mensaje que invita a pensar en una reproducción de las dificultades: "El BNG tomará nota de las actitudes que se tienen con nosotros", concluyó. En medio de todo esto aparece el PP como el gran beneficiado. Tal y como está la situación, su portavoz, Joaquín García Díez, se ve como el alcalde en la sombra.

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