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Apple intenta repetir con su teléfono móvil el éxito del iPod

La firma de Steve Jobs pone a la venta mañana en EE UU el terminal sin teclado iPhone

Hay quien ya está haciendo cola ante el cubo de cristal que preside la tienda de Apple en la Quinta Avenida para hacerse con el iPhone, a pesar del calor de justicia que estos días hace en Manhattan. El teléfono sin teclado de la marca de la manzana sale a la venta mañana por la tarde en Estados Unidos en medio de una gran expectación, en lo que muchos auguran será un catalizador en el negocio de la telefonía móvil. ¿Pero será capaz de conectar con el consumidor y colmar los deseos de Wall Street?

Steve Jobs, consejero delegado de Apple, es ante todo un genio de la mercadotecnia. Como ya hiciera con su popular reproductor de música iPod hace cinco años, su astucia está en ser capaz de conseguir que toda la atención mediática mundial se dirija hacia el lanzamiento de un producto electrónico que utiliza y mejora una tecnología puesta en el mercado por otros competidores, como Nokia, HP, Samsung, Palm o RIM.

El aparato, que costará de 370 a 444 euros, se diferencia de los rivales sobre todo en el diseño

Los leales amantes de Apple, sin embargo, llevan años esperando este momento, que pareció más cerca cuando salió al mercado el iPod Nano. Como el teléfono interactivo de sus rivales, el iPhone hace fotos, dispone de procesador de texto, de reproductor de vídeo y de música, permite realizar mensajería instantánea y navegar por Internet. Es todo un centro mediático. Lo que lo diferencia es su capacidad y, sobre todo, su belleza. Es, además, mucho más intuitivo para el usuario que los teléfonos similares y no tiene teclado, porque todo se hace tocando la pantalla.

El objetivo de Jobs, calificado por el New York Magazine como el iGod (God es Dios en inglés), es vender 10 millones de unidades antes de final de 2008 en todo el mundo. Los analistas piensan además que el iPhone atraerá la atención hacia los productos de la marca de la manzana, lo que explica que sus títulos estén ya por encima de los 120 dólares (un euro equivale a 1,35 dólares), un camino que ya abrió con el reproductor iPod y su portal de venta de música iTunes.

Los sondeos revelan que el 60% de los encuestados se muestran interesados por el teléfono de Apple, aunque sólo un 10% de ellos dice que podría llegar a comprarlo. El precio será clave. El iPhone cuesta entre 499 y 599 dólares (de 370 a 444 euros), lo que le convierte en un capricho para la mayoría de los bolsillos. A esto hay que sumarle el coste del plan necesario para la transmisión de datos. La operadora de telefonía AT&T ofrece el iPhone en exclusiva con una tarifa mínima de 59,99 dólares mensuales, que permite una conexión ilimitada a Internet y 450 minutos en llamadas.

Los datos dicen más cosas. Sólo el 4% de los 60 millones de abonados a su rival Verizon, el operador con la red de datos más potente de EE UU, tiene suscrito un plan para navegar en Internet con su móvil. La misma proporción la tiene Sprint. Es de ahí de donde Apple y AT&T podrían empezar a sacar tajada del iPhone para hacerse con nuevos abonados.

El teléfono tampoco es perfecto desde el punto de vista técnico. Como sucede con los modelos desarrollados por sus rivales, el principal problema de este tipo de ar-tilugios es el consumo, lo que provoca que la duración de su batería sea muy reducida y obliga a estar pendiente del cargador. Y por su configuración, parece que tampoco puede aprovechar el pleno potencial de la red de AT&T. Otra de las dudas es si se podrá configurar para recibir mensajería corporativa, como hace el Blackberry.

Los amantes de Apple dicen que se gana más cuando se espera a que salga una nueva versión del artilugio, porque corrige los errores de los primeros modelos e introduce nuevas utilidades, pero muchos no podrán resistirse a la tentación de ser los primeros. Entretanto, los usuarios de teléfonos inteligentes similares al iPhone esperan ahora que la competencia que introduzca Apple en este mercado sirva para que sus operadores de telefonía rebajen las tarifas y presione a las firmas electrónicas a sacar al mercado teléfonos más sencillos, rápidos, ligeros y baratos.

EL PAÍS (Fuente: Apple, The New York Times, International Herald Tribune y elaboración propia)

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