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Reportaje:TENIS | Wimbledon

El 'veneno Federer'

El suizo ha destrozado las carreras de Roddick, Hewitt y Ancic en el torneo británico

Hay campeones que son perros guardianes. Roger Federer, por ejemplo. El suizo, que lleva cuatro años seguidos ganando en Wimbledon, ha cerrado las puertas del torneo a un ladrón, a un diablo y a un enfermo contagioso. Son las víctimas favoritas del número uno del mundo, que en Londres entra a las pistas vestido con una americana blanca. Ovacionado por el público. Y tras pasearse por los exclusivos salones que el club reserva a sus socios y a los campeones. Son los signos del triunfo. Las señales que distinguen a un tenista unido a un puñado de nombres frustrados. Los símbolos que separan a Federer de Andy Roddick, Lleyton Hewitt y Mario Ancic, tres tenistas que formarían parte de la historia grande de Wimbledon si no hubieran cruzado sus caminos con el suizo, que vencía ayer al argentino Juan Martín Del Potro hasta que la lluvia obligó a suspender la jornada (6-2, 7-5 y 2-0).

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"Sin Federer tendría, como poco, un título de Wimbledon", dice Roddick, que probó su veneno en dos finales y una semifinal. "Probablemente dos", insistía antes de que la lluvia anegara el torneo. Entonces comenzaron a rugir los ventiladores, pulmones incansables con los que secar la hierba, bajo las lonas protectoras (al final del día estaban suspendidos 41 partidos). Y justo antes, camino del partido que mañana le enfrentará a Fernando Verdasco, el estadounidense explicó el porqué de sus noches en blanco, de su amor por Wimbledon, y de Federer.

De niño, Roddick madrugaba para comer algo mientras veía Breakfast at Wimbledon

[Desayuno en Wimbledon], el programa de la NBC. Ya como estrella, Roddick hacía colas de incógnito para visitar el museo del club. Y siendo candidato al título, se acompaña de un entrenador con un lugar en la leyenda del torneo: Jimmy Connors. El ex jugador siempre tiene una cerveza a mano para curar las derrotas de su pupilo. Nunca tiene consejos. Tiene recuerdos. Connors, lo cuenta Roddick, habla de sus más épicas derrotas en Wimbledon, de los partidos que perdió y debió ganar, de los momentos que definieron una carrera siempre al límite. Luego, se calla. Y obliga al número tres del mundo a jugársela con la policía.

Ocurrió hace tres semanas. Roddick se entrenaba en el Aorangi Park, la zona más privada del club. Connors le dijo que la central andaba en obras. Que eso de estar construyéndole un techo era cosa rara. Diez minutos y una ducha después, los dos saltaban una valla y se colaban en la pista como dos ladrones. "¡No me pueden detener por eso!, ¿verdad?", preguntó Roddick, que vivió como algo "surrealista" su debut en el torneo y no se cruzaría con Federer hasta las semifinales.

Sólo un hombre desnudo detuvo a Hewitt mientras ganaba Wimbledon, en 2002. "Si no vuelvo a ganar un torneo, no importará. Es mi sueño", dijo entonces. El exhibicionista no tuvo nada que ver con que perdiera en primera ronda al año siguiente. Desde entonces, Hewitt, un diablo, pelea ronda a ronda por recuperar el respeto. Federer se lo ha impedido ganándole en cuartos y semifinales. "Supongo que ahora voy más de tapado que cuando era el número uno", reflexiona el australiano. "No me molesta. Obviamente, cuando eres el defensor del título hay más focos puestos sobre ti. Te lo tomas como un grano de sal en tu vida".

Hewitt, el primer tenista en ganar Wimbledon sin unir un saque con una volea en la final, abrió el camino a los tenistas que quieren vencer a la contra. No quiere oír hablar de Federer.

Mario Ancic no dice nada. El croata fue el último en derrotar al número uno en el torneo (2002). Hoy, tras ser derrotado por el suizo en cuartos de 2006, está en cuarentena. Tiene mononucleosis. Mejor para Federer. Al perro guardián no le gustan las pulgas.

Otros resultados: Segunda ronda. Hombres: A. F. Verdasco-A. Seppi (Ita.), 6-3. 6-2 y 6-4. Mujeres: V. Ruano-A. Medina, 6-3, 2-6 y 6-2.

Roddick, en su partido con el tailandés Udomchoke.
Roddick, en su partido con el tailandés Udomchoke.ASSOCIATED PRESS

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