Rajoy, Polonia y la UE

Siguiendo las turbulentas negociaciones llevadas a cabo durante la pasada reunión del Consejo Europeo en Bruselas, en las que se decidía si la Unión tendrá por fin una política exterior común o, por el contrario, mantendrá su contumaz división ante la próxima crisis internacional, he podido comprobar la política comunitaria del Partido Popular.

Se trataba de hacer entrar en razón a los hermanos Kaczynski, cuya irresponsable postura petrifica el funcionamiento de la maquinaria comunitaria, se intentaba impulsar una política propia de líderes de talla mundial cuya amplitud de miras supera las fronteras de sus respectivos países en aras de la construcción del bien común, cuando apareció el señor Rajoy para ensalzar la postura polaca, ya que, en su opinión, ésa es la manera de defender los intereses de un país miembro.

Si los padres fundadores de la CEE hubiesen mantenido la línea de actuación del señor Rajoy, la Europa que hoy conocemos sería una ensoñación, una utopía disparatada. Espanta comprobar la estrechez de miras de la política comunitaria popular. La mejor manera de defender los intereses de España es contribuir a la profundización y desarrollo de la integración política europea, lo que logrará mejorar nuestro bienestar económico, social y político y el de nuestros vecinos.