El pacto entre PSOE y Bloque encalla en Lugo y queda al borde de la ruptura

"Si no hay un cambio sustancial por parte del PSOE, no habrá acuerdo". Así de contundente se mostró anoche el portavoz del BNG en las negociaciones del pacto de Lugo, Xesús Méndez, al término de la última reunión celebrada durante toda la tarde de ayer en un hotel de la ciudad. Las diferencias, sobre todo en el reparto de competencias, son tan evidentes que convertirán en inútil la última y definitiva reunión que dejaron programada para la próxima semana. A la espera de ese intento final, socialistas y nacionalistas econocen que las conversaciones se encaminan hacia su ruptura.

Los comisionados del PSdeG y el BNG apuraron ayer al máximo la quinta reunión para la que habían acordado dos horas de negociaciones que al final resultaron, por vez primera, claramente insuficientes. A este nuevo contacto el Bloque se presentó con una propuesta muy pormenorizada en lo programático e igual de concreta en el apartado orgánico, con la tenencia de alcaldía única como elemento que los nacionalistas consideran innegociable. También propugnaban autonomía total para las áreas de su incumbencia y capacidad de firma. Pretendían con ello los nacionalistas mermar protagonismo al alcalde socialista, Xosé López Orozco, y evitar así la teoría que siempre sostuvo el Bloque de que el alcalde había rentabilizado para su persona el trabajo desarrollado por los concejales del BNG en el gobierno bipartito que dirigió el Ayuntamiento de Lugo desde 1999 a 2003.

Los socialistas, que ya habían presentado una propuesta en la penúltima reunión de esta semana, realizaron un nuevo planteamiento de reparto de delegaciones. El PSOE partía de la idea firme de acercarse más a un modelo de pacto como el de A Coruña, donde los nacionalistas han aceptado la existencia de varias tenencias de alcaldía, en lugar de escoger el modelo de Santiago, pretendido por el BNG, ya que le otorgaría el número dos del gobierno local. Con todo, el portavoz socialista, Luís Ángel Lago se mostró mucho más optimista que el BNG e incluso expresó la convicción de que llegarán a un acuerdo. Para tal premisa, el socialista da por sentado que la propuesta que dejaron ayer sobre la mesa es "muy generosa", aunque también dejó una advertencia clara para la otra parte: "Pacto sí, pero no a cualquier precio".

El PSOE pretende un gobierno con ocho tenencias de alcaldía, de las que tres serían para el BNG y el compromiso de "consensuar" todos los acuerdos. Con esta situación dejan para los nacionalistas las áreas de Cultura, Turismo y Comercio; Medio Ambiente; Servicios Generales y parte del urbanismo. "Es una propuesta seria y rigurosa sobre la que no puede existir un pronunciamiento a la ligera", sostuvo Lago, quien afirmó que en lo programático el acercamiento de posturas "está en un 95%".

El nacionalista Méndez admitió "avances" en lo programático, pero hizo especial hincapié en la "falta de acuerdo" en el reparto de funciones. "Lo que nosotros proponemos se adapta escrupulosamente a lo firmado en el acuerdo marco. No entendemos que lo que le valía a Touriño en Santiago no le sirva a Orozco en Lugo", precisó.

El portavoz nacionalista no dejó de reconocer que las diferencias en el modelo de gestión constituyen "un problema importante". "El BNG", añadió, "estuvo y está con la vocación de llegar a un acuerdo, pero no vemos esa predisposición en el Partido Socialista". Méndez advirtió que la próxima reunión, de llevarse a cabo, será "la definitiva", aunque reiteró que si no hay cambio de actitud el pacto será algo imposible.

Lago indicó que ahora se abre "un período de reflexión", con lo que el último contacto no se producirá antes del miércoles. Eso sí, el PSOE no cederá a varios de los aspectos que el BNG plantea como irrenunciables, porque no quieren, dijo "que existan dos gobiernos". "Queremos un único alcalde y un gobierno cohesionado. Ahora esperamos su propuesta", concluyó.