Pizarro defiende su gestión en Endesa con un discurso que suena a despedida

El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, asumió ayer, ante 2.500 accionistas reunidos en junta general, que la compañía afronta una nueva etapa tras la entrada en su capital de Acciona (21,03%) y la italiana Enel (24,9%). En un discurso tan largo como medido, Pizarro defendió sus cinco años de gestión y la actuación del consejo ante las tres OPA recibidas desde septiembre de 2005. La junta, como estaba previsto, aprobó la incorporación de los consejeros propuestos por Enel y Acciona, Borja Prado y Fernando D'Ornellas. Los sindicatos expresaron su temor por el futuro.

En 2005, la imagen de Pizarro, fue la de un hombre enfadado que clamaba, con la Constitución en la mano, contra Gas Natural. Ayer, ante la que será su penúltima junta en Endesa si triunfa la OPA de Enel y Acciona (43.726 millones de euros), la imagen de Pizarro fue la del gestor moderado que recibe "con los brazos abiertos" a los nuevos accionistas [Acciona y Enel] que "han apostado por la compañía". Es la cara y la cruz de un presidente que llegó a Endesa en 2002 -mecido por la ola privatizadora del PP- y que se apresta, cinco años después, a dejar la gestión de la primera eléctrica del país en manos del grupo Acciona y la compañía italiana Enel.

Endesa tendrá que celebrar otra junta para levantar los blindajes estatutarios. Se celebrará a la vuelta del verano, cuando la oferta de Acciona y de Enel haya superado todos los trámites regulatorios.

Recepción cordial

En un discurso de una hora, improvisado en su mayor parte, Pizarro asumió algo obvio: ante accionistas [Enel y Acciona] que suman un 46% del capital, lo único que cabe es recibirlos cordialmente. "Si se crea una mayoría accionarial clara" dijo Pizarro en referencia a la OPA en tramitación hispano italiana, "Endesa emprenderá una nueva etapa". Asumido ese hecho ante unos accionistas agitados por tres OPA en dos años (Gas Natural, E.ON y ahora Acciona-Enel) y acostumbrados a aplaudir los discursos más combativos de Pizarro, llegó la hora del balance.

Pizarro lo hizo en un discurso cauto, sin estridencias y que en algunos momentos sonó a despedida. Hasta las referencias a asuntos polémicos, como la actuación del Gobierno en el proceso de OPA o los supuestos espionajes en Endesa, fueron indirectas. Como al solicitar, en bien del país, "libertad, competencia y seguridad jurídica, que es poder ir por la calle sin que te sigan o te escuchen". Las referencias que se podían entender como críticas al Gobierno fueron recibidas con aplausos.

En una frase, Pizarro condensó lo que ha sido, dijo, su labor en Endesa y su actitud ante las sucesivas OPA: "He hecho lo que habría hecho con mi propio patrimonio". Para los nuevos accionistas y posibles futuros dueños, Pizarro dejó dos advertencias: "la finalidad de una empresa no es sólo generar valor, sino prestar servicio" y "el fin no justifica nunca los medios".

El consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, defendió, por su parte, la revalorización registrada por las acciones de Endesa desde septiembre de 2005, cuando Gas Natural lanzó la primera OPA. Según explicó, las acciones han subido un 116% y el valor de la empresa alcanza en la actualidad 42.477 millones. Además, Miranda aseguró que la cantidad de dinero empleada en defenderse de la OPA hostil de Gas Natural y en analizar la oferta de compra de E.ON (unos 112 millones hasta la fecha) es inferior a la empleada por otras empresas en procesos similares.

La junta, como estaba previsto, aprobó la incorporación de los nuevos consejeros independientes a propuesta de Enel y Acciona, Borja Prado y Fernando D'Ornellas. Ambos tomarán posesión hoy de sus cargos en una reunión del consejo. En el turno de intervenciones, un representante sindical advirtió de la "incertidumbre" que vive la plantilla y pidió el mantenimiento del modelo empresarial de Endesa.