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Un misil mata a 32 talibanes en un campo de Al Qaeda en Pakistán

El ataque fue lanzado en la zona fronteriza con Afganistán

Al menos 32 talibanes murieron ayer en un ataque con misiles contra un centro de entrenamiento de la organización terrorista Al Qaeda en el oeste de Pakistán, en la región tribal de Waziristán. El centro atacado estaba oculto en una madraza (escuela islámica). Fuentes del espionaje paquistaní apuntaron ayer la posibilidad de que el ataque hubiera sido lanzado por tropas estadounidenses destacadas en el vecino Afganistán.

El objetivo de los misiles era una supuesta base de entrenamiento de terroristas de la localidad de Mamy Rogha, situada a 60 kilómetros de Miranshah, la principal ciudad de Waziristán del Norte. Fuentes de inteligencia paquistaníes informaron de que había algunos extranjeros entre las víctimas, lo que incrementa las posibilidades de que entre los muertos haya terroristas de Al Qaeda.

"El ataque se produjo sobre un grupo de tres casas y una tienda de campaña; había cerca de 45 personas en el área", afirmó un alto funcionario del Gobierno a la agencia Reuters. Según fuentes de inteligencia y residentes de la zona, los misiles fueron lanzados desde un avión estadounidense. Ayer se desconocía si algún dirigente talibán o de Al Qaeda había muerto en el ataque o estaba en la zona. Hace un año y medio, Estados Unidos lanzó un ataque aéreo en Pakistán que tenía como objetivo al número dos de la red Al Qaeda, Ayman al Zawahiri. Éste sobrevivió, pero dos dirigentes terroristas murieron.

El Ejército paquistaní aclaró ayer que no realizó ninguna operación en el área, según afirmó el portavoz Waheed Arshad. El Ejército apunta a que la explosión se produjo cuando los talibanes se hallaban fabricando una bomba.

Otra fuente local de inteligencia dijo a la agencia Efe que el ataque debió ser lanzado "con el consentimiento" del régimen del presidente y general Pervez Musharraf. Según esta fuente, el régimen pretende esquivar su responsabilidad en lo ocurrido pues podría afectar a los acuerdos que ha firmado con líderes tribales de Waziristán del Norte y del Sur. En virtud de esos pactos, el Ejército se retiró de ambas zonas, que tienen una larga tradición de autonomía, a cambio de garantías de los líderes tribales de que no consentirían que en ellas operen insurgentes talibanes o terroristas de Al Qaeda.

En el pasado, se han registrado ataques semejantes en la zona paquistaní fronteriza con Afganistán contra supuestos objetivos de Al Qaeda, que fuentes locales han atribuido a las tropas extranjeras destacadas en el país vecino, y que ha asumido el Ejército de Pakistán. Alguno de esos ataques, como uno contra otra madraza que causó 82 muertos a finales de octubre pasado, desataron la ira de la población contra Musharraf.

Normalmente, estas operaciones son precedidas por visitas a Islamabad de delegaciones estadounidenses, que presionan a Musharraf para que combata con más contundencia a los radicales que operan en la zona fronteriza. Precisamente, la semana pasada los subsecretarios de Estado de EE UU John Negroponte y Richard Boucher visitaron Pakistán.

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