Dirigentes del PSOE expresan sus recelos ante un pacto con nacionalistas para gobernar Navarra
Los socialistas navarros tienen el aval del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para explorar si hay posibilidades de negociar con NaBai un eventual acuerdo que permita al PSN y a su candidato, Fernando Puras, hacerse con la presidencia. Pero Zapatero no cierra una fórmula sino que alienta al PSN para que "no se deje presionar ni por el PP ni por NaBai", en su convicción de que los socialistas navarros son la fuerza esencial para garantizar "la integración y la convivencia". Así lo expresó ayer en la reunión de la ejecutiva federal del PSOE, en la que algunos de sus miembros expresaron temores por la acogida que puede tener en el resto de España un acuerdo con los nacionalistas, defensores de la independencia de Navarra y su anexión a Euskadi.
La ejecutiva federal expulsa del partido al alcalde de Sartaguda, que aceptó el voto de un edil de ANV en su elección
UPN anuncia que apoyará al candidato que los socialistas presenten para la presidencia del Parlamento navarro
Los responsables socialistas de política municipal y autonómica manifiestan reparos a un pacto con los nacionalistas
"La situación está muy verde", dijo el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, tras la reunión de la ejecutiva. "Mantenemos con esa fuerza una gran distancia que hace, a mi juicio, muy difícil un entendimiento".
Para hablar de las diferencias se reunieron ayer en Pamplona sendas delegaciones del PSN y de NaBai. La delegación socialista indicó a sus interlocutores que su "línea roja" está en que nadie cuestione esa identidad milenaria. Los negociadores se pusieron de acuerdo respecto a la necesidad de crear, si finalmente forman Gobierno, una Consejería de Innovación. La reunión se reanudará hoy con la discusión sobre los puestos de la Mesa del Parlamento, que se constituye mañana, en la que el PSN da por seguro que estarán representadas las cinco fuerzas políticas: UPN, PSN, NaBai, CDN e IU.
La sorpresa se produjo anoche con el gesto de UPN al decidir que votará a favor del candidato que presente el PSN-PSOE a la presidencia del Parlamento navarro. Antes, José Blanco había hecho una demanda mucho más ambiciosa que este gesto: "UPN puede apoyar a Fernando Puras como presidente de Navarra ya que ha reconocido que no somos una amenaza para Navarra".
Dentro de la reunión de la ejecutiva, los responsables federales de Política Municipal y Autonómica, Álvaro Cuesta y Carmen Hermosín, fueron quienes con más claridad expresaron reservas ante un pacto de PSN y nacionalistas. Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación, y Carme Chacón, vicepresidenta del Congreso, vieron superables las objeciones de sus compañeros.
No ha ayudado a disipar temores la actitud de NaBai en algunas localidades en las que ha renunciado a coger varias de sus actas de concejales, dado que hubo un gran número de votos nulos que, supuestamente, hubieran ido a las listas de ANV que anuló el Supremo. "Ese gesto es un fraude a los electores", condenó Blanco.
El PSOE anunció ayer la expulsión del socialista José Ramón Martínez Benito, alcalde de la localidad navarra de Sartaguda, al aceptar el voto de un concejal de ANV para su elección. Nadie puso objeciones al acuerdo firmado por PSN y NaBai en seis ayuntamientos, donde ya gobiernan.
Si algo unió ayer a todos los socialistas fue su rechazo a la actitud del PP. Blanco emplazó a Mariano Rajoy a que aclare taxativamente "si condiciona el apoyo al Gobierno en la lucha contra el terrorismo a que en Navarra sólo pueda gobernar la derecha".
El PP midió mucho sus palabras. "El Gobierno tiene nuestro apoyo para derrotar a ETA, pero pactar con Nafarroa Bai no es avanzar en la dirección adecuada para derrotar a ETA", señaló Ángel Acebes, el número dos del partido. Esa era la frase que llevaba preparada, y de ahí no se movió. Cuatro veces esquivó la pregunta de si esa idea implica una condición para apoyar al Gobierno. "He dicho exactamente lo que quería decir. He llegado hasta donde quería llegar", dijo Acebes, mostrando sin tapujos su estilo habitual de centrar un mensaje claro y responder a cualquier pregunta con esa misma idea, sin salirse nunca del guión. La estrategia del PP, en un momento en el que todo está a expensas de si ETA atenta, es evidente: criticar pero sin romper, y sin dar la imagen de que se aprovecha políticamente de este momento. De hecho, esta semana se repetirá en el Congreso la escena de la anterior: no habrá preguntas sobre ETA. Rajoy hablará del recibo de la luz, uno de los asuntos "que interesa a los ciudadanos aunque no salga en las portadas", según explicó a sus diputados en una reunión la semana pasada.
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