Políticos, entonces y ahora

Tras ver el documental 30 años de democracia emitido por TVE el pasado jueves, me he sentido conmovida por la parte que narraba la transición. A mis 18 años y con interés en la política, aunque desencantada con aquellos que la ejercen, observo qué poco queda del espíritu de aquellos tiempos, en los que los políticos (merecedores de este título) buscaban, antes que nada, hacer política: trabajar por el bien de la población, promover uniones y entendimientos, olvidar rencores y perdonar, incluso a aquellos que les habían causado injustamente enormes daños. Estos representantes actuaron como tales, haciendo incluso grandes cesiones, mostrándose así por encima de partidismos, de la búsqueda de votos y de grandes intervenciones mediáticas. No concibo cómo nuestros políticos, muchos de ellos jóvenes en aquellos días, parecen no buscar más que enfrentamientos y discusiones y, por principio, el desentendimiento entre los principales partidos. Aplaudo que, por lo menos, estos días estén mostrando, por primera vez en mucho tiempo, unión frente a un problema tan grave como es el terrorismo. Ojalá el consenso, el sentido común y la profesionalidad pesen más a la hora de tomar decisiones que la búsqueda insaciable de votos y de una imagen que aparezca en todos los medios, ya que es esto lo que los votantes exigimos de nuestros políticos: que se dediquen a hacer política, tomando, si es necesario, ejemplo de la reciente historia de este país.