El Deportivo sonroja al Espanyol

Pronto se destempló el Deportivo por culpa de Andrade, que se perdió en una jugada suelta al protestar airadamente un codazo. Primero, vio la amarilla; luego, la roja directa. La expulsión dejó a su equipo en inferioridad numérica y, de paso, le privará de jugar la primera jornada del próximo curso. El Espanyol, sin embargo, no lo agradeció. Con transiciones cortas, se perdió en el último pase y en la definición. Sólo Tamudo se empecinó en remar a contracorriente. Apenas tocó el balón y menos profundizó, pero, cuando parecía abatido, se inventó un penalti ante la ingenuidad de Lopo. Desde los once metros, no falló.

Pero el Deportivo, sustentado en una defensa zonal de coberturas, cerró las líneas de pase e inició unos contragolpes de arrea. Iago, jugador de zurda exquisita, puso el pie para desviar el disparo de Filipe. Sergio, desde la frontal, se inventó un zapatazo que lamió la escuadra. Y Riki, con una vaselina, remató al Espanyol, que antes de salir al campo ya había bajado los brazos. Lo opuesto que el Depor.