El error de las broncas
Los jefes que riñen se perjudican a sí mismos
Las reprimendas movidas por la ira y la rabia son contraproducentes tanto para el que las echa como para el que las recibe. El autoritarismo contribuye a resquebrajar el ambiente laboral. Crea una cultura basada en el miedo a ser castigado e incrementa la inseguridad y la desmotivación de los trabajadores. Según una encuesta realizada por una consultora de recursos humanos, 6 de cada 10 profesionales que deciden abandonar su empresa lo hacen por desavenencias con el jefe.
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