Lapidada una mujer sospechosa de asesinar a una niña en Guatemala
Una turba mata a una presunta traficante de órganos e intenta quemar viva a su hermana
Una enardecida turba integrada por vecinos de la población de Camontán (195 kilómetros al este de Guatemala) apedrearon la noche del viernes hasta la muerte a una mujer, Mariana Interiano Recinos, de 36 años. Los vecinos la acusaban de secuestrar y asesinar a una niña de ocho años, un día antes, para extraerle los órganos y venderlos en el mercado negro. Otras dos mujeres fueron linchadas, entre ellas la hermana de la lapidada, que sufrió quemaduras.
Durante el linchamiento, la policía logró rescatar con quemaduras de segundo grado a Jesusa Interiano, de 32 años, hermana de Mariana, a quien la turba intentó quemar viva. Tras largas negociaciones, las autoridades lograron que la multitud accediera a liberar a la tercera mujer, todavía no identificada.
La historia se remonta a la tarde del jueves, cuando la pequeña Alba Michelle España Díaz, de ocho años, fue secuestrada cuando se dirigía a una tienda cercana a su casa. Al darse cuenta de su desaparición, la familia de la niña dio la alarma. La población se solidarizó y organizó un amplio operativo de búsqueda que concluyó sobre el mediodía del viernes, cuando un campesino encontró el cadáver de la niña en un barranco.
Los vecinos perdieron el control cuando empezó a correr el rumor de que a la niña le habían sido extirpados algunos órganos, aunque la autopsia todavía no ha confirmado este extremo. Entonces, una multitud se dirigió al domicilio de las hermanas Mariana y Jesusa Interiano, conocidas en la localidad por negociar con mujeres embarazadas para que les vendan sus bebés, que acababan en manos de mafias que se dedican a su vez a venderlos a extranjeros que quieren adoptar.
Lo que ocurrió a partir de ese momento resulta difícil de aclarar, porque los agresores impidieron a la policía el acceso al lugar donde llevaron a las tres mujeres. Varios testigos aseguraron ayer que la mujer quemada -tras ser rescatada ingresó en el hospital de Chiquimula (la capital de la provincia del mismo nombre) con quemaduras de segundo grado en el tórax y cabeza- admitió su participación en el secuestro de la niña y aseguró que le quitaron los órganos con la ayuda de varios médicos.
El oficial al mando del cuartelillo de la policía en Camotán, Manuel Cordón, confirmó al matutino local Nuestro Diario que al cadáver le faltaban algunos órganos, pero puntualizó que no podía asegurar que éstos le hubieran sido extraídos.
En los primeros cinco meses de 2007, 18 personas han muerto en Guatemala como consecuencia de reacciones populares en contra de supuestos delincuentes.
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