"La peor batalla es la que no se da: aún haremos barcos en Astano"
Fernando Xavier Blanco Álvarez (Lugo, 1959) es un conselleiro físicamente grande. Y con muchas competencias. Es el que manda en política industrial, energía, minas, innovación, turismo, sociedad de la información y comercio. Este año, su Consellería de Innovación e Industria gasta 344 millones de euros, a los que se añaden otros tantos en institutos de turismo, hostelería, supercomputación, Xacobeo, energía o consumo. Es polémico y atrevido, lo que le ha granjeado algunos sonados fracasos como el de la frustrada privatización de Astano o la creación de un gran grupo eólico público. Blanco no lo ve así. Dice sentirse seguro, cómodo y disfrutando de la consellería. "Las peores batallas", subraya, "son las que no se dan: yo aún confío en que consigamos volver a hacer barcos en la antigua Astano". La entrevista se desarrolla en idioma gallego, en su despacho de la Xunta, un lugar amplio redecorado al último grito. Fernando Blanco es conselleiro de Innovación e Industria, empleado de Telefónica en excedencia, empresa en la que desempeñaba el cargo de supervisor de logística. Si su carrera profesional se desarrolló en Vigo, la política arrancó en 1995 en su Lugo natal. Fue concejal del BNG de Economía y Turismo y portavoz nacionalista en la Diputación presidida por Cacharro.
"Me llevo bien con el conselleiro de Economía y si no fuese así lo diría y tomaría una decisión. No soy de los que se callan las cosas"
"Debe quedar claro que quien quiera un nuevo parque eólico en Galicia ha de dar una participación pública a la Xunta"
"Que nos digan qué parte de la multa de Bruselas le corresponde al astillero de Fene y nosotros la pagamos. Ese no es el problema"
Pregunta. ¿Está a gusto en esta consellería?
Respuesta. Sí, aquí se está muy bien. Tenemos un amplio abanico de competencias desde las que defender los intereses de Galicia. Se pueden hacer otras cosas, pero me siento a gusto, especialmente por la buena marcha de la industria o del turismo gallego, que vuelven a estar en cifras de récord por segundo año consecutivo.
P. Me refiero a lo personal, ¿preferiría ser, por ejemplo, conselleiro de Economía?
R. Este es un trabajo atractivo, con muchas dificultades, pero me siento a gusto y satisfecho.
P. ¿Qué tal se lleva con el conselleiro de Economía (PSOE)?
R. Bien, bien,... incluso comemos juntos de vez en cuando. Puede que a veces tengamos visiones diferentes, pero eso mismo te puede suceder con gente de tu misma ideología. Hablamos habitualmente y nos coordinamos para obtener los mejores resultados.
P. ¿Puede poner algún ejemplo?
R. Pues entre el Instituto Galego de Promoción Empresarial (Igape) y la dirección xeral de I+D+i estamos haciendo trabajos conjuntos, en energía también colaboramos en algún proyecto...
P. ¿No están ustedes dos enfrentados?
R. No. Esa es una cuestión mediática y de morbo. El conselleiro de Economía y yo tenemos buena relación y si no fuese así lo diría.
P. ¿Lo diría?
R. Yo no soy de callarme nada. La cooperación entre ambas consellerías se ha producido en muchas ocasiones, lo que sucede es que a veces para resolver un mismo problema hay diferentes soluciones. Insisto, mi relación con el conselleiro de Economía es buena, si no, lo diría y tomaría la decisión adecuada. No estoy dispuesto a que una mala relación afecte a asuntos importantes para el país.
P. ¿No propuso usted eliminar el Impuesto de Sucesiones en contra del criterio de Economía?
R. No fue así. Lo que yo hice, respondiendo a una pregunta, fue decir que si las autonomías entramos en una batalla fiscal, entonces se podrían producir deslocalizaciones. Lo que dije, en primer lugar, es que soy partidario de un acuerdo de armonía fiscal entre todas las autonomías y, que si eso no es posible, deberemos jugar con las mismas bazas que los demás para que no se marchen empresas de aquí. Con los impuestos no se puede jugar y la medida más razonable es un acuerdo entre autonomías y Estado para que no se den las circunstancias que generen desequilibrios. Pero ya sé que el Impuesto de Sucesiones es una responsabilidad de la Consellería de Economía y mi respuesta a aquella pregunta es que el impuesto no debe desaparecer.
P. ¿Existe una política industrial nacionalista?
R. Existe una política industrial eficiente y asentada en el país en el que vivimos. Entiendo que eso es una política industrial nacionalista. Eso no obvia que estamos en un mercado global y que montar una empresa pensando sólo en el mercado gallego sería corto de miras. Nosotros estamos impulsando industrias gallegas internacionalizadas y que esos recursos que obtienen se queden aquí.
P. ¿Se siente bien en el papel de conselleiro polémico?
R. No me siento nada polémico. Al contrario, estamos aprobando leyes importantísimas por unanimidad o con enormes consensos, como la de I+D+i, la de horarios comerciales, la de la minería, la de turismo,...
P. ¿No le parece polémico su plan eólico? ¿O su intento de privatizar Astano?
R. Sí, pero aquí todos nos entendemos. Las batallas peores son las que no se dan. El caso Astano lo que demostró es que algunos mentían: que sí existían superficies ociosas en el astillero, que sí había empresarios gallegos dispuestos a gestionar ese astillero y que sí teníamos músculo financiero para el proyecto. ¿Polémico? Ese proyecto fue aprobado por unanimidad en el Parlamento de Galicia...
P. Pero no en el Congreso de los Diputados...
R. El proyecto fue limitado en Madrid por el Gobierno central, pero era posible, era viable y hay que seguir velando para que vaya adelante.
P. ¿Aún intentará privatizar Astano?
R. Yo no hablé nunca de privatizar Astano. Lo que digo es que se segreguen los activos ociosos del astillero y que una empresa empiece a hacer barcos allí. Sí, creo que aún es posible y confío en que el nuevo Gobierno de Madrid sea más sensible a una cuestión de este tipo. Creo que en política hay que intentarlo todo, a veces se acierta y otras veces no. Pero lo más frustrante es no intentarlo.
P. ¿Le frustró perder ese pulso sobre Astano?
R. Está claro que mi última visita a Bruselas es la foto que no desea ningún político. Apostamos fuerte, pero el Gobierno central y la SEPI debilitaron nuestra posición. Y yo llegué hasta el final porque algunos no estamos en política para que nos aplaudan.
P. Devolver Fene a la construcción naval... ¿y quién pagará la multa más elevada impuesta por Bruselas a un Estado miembro?
R. ¿La multa? La multa es por subvenciones encubiertas a la construcción de barcos y Fene lleva sin hacer barcos desde 1987. ¡Que nos digan qué parte nos toca de la multa y lo pagamos nosotros! Ese no era el problema, como no lo era el de los terrenos ociosos.
P. A su juicio, ¿cuál es entonces el problema?
R. Que todos los astilleros públicos, excepto los de Ferrol, pierden dinero porque no son competitivos, mientras que los astilleros de Vigo están demostrando que sí se puede ser competitivo en la construcción naval gallega.
P. Usted está elaborando un nuevo plan eólico con muchos cambios. ¿Qué beneficios obtendrá la sociedad gallega de su decreto?
R. Creamos un nuevo escenario sobre dos pilares. Primero, que habrá libre concurrencia y ya no será el humor del conselleiro el que decida quién obtiene y quién no un parque eólico; segundo, que habrá participación pública en los parques eólicos nuevos.
P. ¿Pero el nuevo borrador no dice que la entrega de una participación a la Xunta es voluntaria?
R. Debe quedar claro que quien quiera un parque eólico tendrá que tener participación pública de la Xunta. Es un condicionante. Y no sé por qué se ha montado tanto revuelo si la Xunta ya participa en muchas empresas energéticas como en Gas Galicia (10%) o en Reganosa (10%).
P. Sí, pero porque la Xunta ha puesto el dinero, ¿y ahora no quiere la eólica gratis?
R. Nuestro decreto no hablará ni de gratuitas ni de cobradas. Las empresas serán las que instrumentalizarán cómo darán esa participación. Es un asunto de cada empresa. Ya estamos en la energía y nuestro objetivo es tener grupos propios de cierta entidad. Que los gallegos y las gallegas nos beneficiemos del uso de un recurso natural que es de todos. Este año haremos una adjudicación única de todos esos parques y espero que estén cuanto antes instalados los 6.500 megavatios eólicos.Fernando Blanco, conselleiro de Industria, mantiene el pulso ante sus aparentes derrotas políticas. Asegura que nadie tendrá un parque eólico si no cede acciones a la Xunta y que aún cree posible construir barcos civiles en la antigua Astano. "Algunos no estamos en política para que nos aplaudan", se defiende Fernando Blanco. La entrevista se celebró el pasado lunes en su despacho en la sede de la Xunta.
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