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El Congreso endurece por la vía urgente las penas de cárcel para delitos de tráfico

Conducir a 200 kilómetros por hora en autopista será castigado con seis meses de prisión

A partir del próximo invierno, quien conduzca bebido o supere los límites de velocidad lo pagará con penas de cárcel. Todos los grupos políticos, salvo PP, PNV e IU, pactaron ayer una proposición de ley para reformar el Código Penal y perseguir con más dureza la imprudencia al volante. Alcanzar, por ejemplo, 110 kilómetros por hora en ciudad o 200 por hora en autopista -aunque no se ponga en riesgo la vida de nadie- acarreará una pena de tres a seis meses de prisión (que, si no se tienen antecedentes, generalmente se cambia por multa) y la pérdida del carné hasta cuatro años.

La iniciativa, que echa a andar ahora, se tramitará de urgencia con el objetivo de que entre en vigor en octubre o, como muy tarde, en la campaña de tráfico de las próximas Navidades, según dijo ayer el diputado socialista Victorino Mayoral. El grupo de IU-ICV se parte en dos en este proyecto: IU rechaza la proposición mientras su parte catalana (ICV) la respalda.

Conducir borracho o saltarse los límites de velocidad ya está tipificado en la actualidad como delito, pero de una forma tan ambigua que, en la práctica, es el juez quien debe interpretar en cada caso las consecuencias de esa conducción temeraria. Eso ha dado lugar en los últimos años a sentencias polémicas. El artículo 379 del Código Penal, por ejemplo, fija penas de tres a seis meses de cárcel para quien conduzca "bajo la influencia" del alcohol, pero no prevé un castigo si esa "influencia" no queda acreditada. Del mismo modo, está contemplada cárcel de hasta dos años por el "exceso desproporcionado de velocidad" que produzca "riesgo concreto para la vida de las personas", pero el "exceso" queda sin cuantificar.

Velocidad y alcohol

La reforma legal que va a tramitar el Congreso pretende acabar con esa indefinición. Las penas quedarían así:

- Prisión de tres a seis meses y privación del carné entre uno y cuatro años para "quien condujere a una velocidad superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana o en 80 kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida". Es decir, para quien alcance 110 kilómetros en ciudad y 200 por hora en autopista. Eso, si los límites actuales se mantienen, porque la proposición indica que "el Gobierno impulsará una revisión de la señalización vial para adecuar los límites de velocidad a las exigencias derivadas de una mayor seguridad vial".

- Prisión de tres a seis meses y privación del carné entre uno y cuatro años para "quien condujere con una tasa de alcohol superior a 1,2 gramos por litro de sangre". Eso equivale aproximadamente a seis botellines de cerveza, un litro de vino o tres güisquis. A partir de 0,5 gramos ya se pierden puntos del carné.

- De dos a cinco años de cárcel y privación del carné entre seis y diez años para quien condujere con temeridad manifiesta, desprecio por la vida y ponga en concreto peligro la vida de los demás. En la actualidad, la pena es de uno a cuatro años de cárcel. Si no hay riesgo concreto pero sí se acredita el "desprecio por la vida" del conductor, el castigo será de uno a dos años de cárcel.

- También se incluirá como delito (penado con tres a seis meses de prisión) el seguir conduciendo cuando se hayan perdido todos los puntos del carné, "para que los infractores dejen de reírse del sistema", dijo ayer el diputado de CiU Jordi Jané.

El PP no se sumó al acuerdo. "Quiero dejar claro que estamos a favor de la reforma del Código Penal en materia de seguridad vial y que no vamos a poner ninguna pega para que el proyecto se tramite de urgencia y pueda estar listo en esta legislatura. Incluso, si se modifica a través de enmiendas, podríamos suscribirlo más adelante. Pero, tal y como está redactado ahora, es excesivo", explicó el diputado popular Federico Souvirón.

El PP pedía poner el límite de alcohol en 1,5 gramos por litro de sangre porque, según Souvirón, "la jurisprudencia del Supremo determina que a partir de ese umbral es cuando el conductor se convierte en peligro público". Del mismo modo, los populares están en contra de fijar límites de velocidad en el Código Penal: "No es lo mismo ir a 110 kilómetros por hora cerca de un colegio que conducir a esa misma velocidad por una gran avenida y de noche. El riesgo no es el mismo", argumenta el diputado.

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