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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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La estadística del pollo

Cuando los datos estadísticos proceden de los propios interesados y además son pocos, puede ocurrir que, como en el chiste del pollo comido por completo por uno de los integrantes de una pareja, resulte que como media cada uno comió medio pollo. Algo así ha podido ocurrir con algunos datos de una encuesta realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) sobre los temas que los investigadores consideran debieran ser las líneas prioritarias de la investigación a financiar por el Estado en el futuro. Al menos en un área de la biomedicina, que conozco algo porque trabajo en ella, ha ocurrido un caso que me provoca esta reflexión.

En las conclusiones finales encontramos que una de las líneas, la denominada "línea 36 - Investigación genética, molecular, celular y tisular en enfermedades infecciosas", es considerada prioritaria. Algo que no es de extrañar, ya que todavía en este siglo las infecciones provocan un número de muertes muy elevado, incluso por encima de otras enfermedades que, quizá por más publicitadas, producen más temor. Es más, todos nos creemos que las infecciones son algo del pasado, de cuando no se conocían los antibióticos. No en balde, al lado de la Plaza de Las Ventas, en Madrid, se erigió un monumento a Alexander Fleming que, con su descubrimiento de la penicilina, ha salvado a tantos diestros de morir, no por las astas del toro, sino por las bacterias que las adornan.

Pero la seguridad de estar a salvo de estas enfermedades no es más que una falsa ilusión; sólo se necesita que nuestras defensas estén lo suficientemente bajas tras pasar por un quirófano, y que nos topemos con una de las cada vez más frecuentes bacterias resistentes a los antibióticos, o tan sólo que envejezcamos, para que nuestra vida esté en grave peligro por enfermedades que, como la pulmonía, creíamos ya vencidas.

Por eso no resulta sorprendente en la encuesta de FECYT que en el estudio de las enfermedades infecciosas resulte prioritario, lo que sorprende es que la "línea 47 - Desarrollo de vacunas para la prevención de enfermedades víricas, bacterianas y parasitarias. Caracterización de nuevas dianas microbianas para el diseño de nuevos antibióticos y otros productos antimicrobianos" no lo sea. ¿Es que acaso nos resignamos a estudiar las enfermedades renunciando a curarlas? No parece lógico, más bien puede pensarse que el análisis estadístico de la encuesta de FECYT nos está diciendo que cada uno comimos medio pollo.

Si se echan las cuentas, cada una de las líneas propuestas en un principio han debido ser puntuadas por no más de tres personas, a veces por menos. En tal circunstancia es suficiente que quien calificó una línea fuese honesto sobre lo precario de la investigación española para que la puntuación que dio a alguno de los parámetros que se cuantificaron cayese por debajo de lo aceptable y, con ello, la prioridad de esa línea. Me pregunto si podemos permitirnos que nuestro futuro dependa de lo que se ha determinado en este ejercicio estadístico y no nos engañemos, que nuestro futuro, visto el avance de las resistencias bacterianas a los antibióticos, es lo que está en juego.

Si ya es difícil predecir qué investigación va a tener éxito, más difícil es determinar cuál va a sernos vital en el futuro. En el Reino Unido hay una larga tradición de prospectiva científica para determinar las prioridades, pero no deben librarse de los problemas que comento. Hace un par de años se publicó una charla ficticia entre el descubridor de la penicilina, Alexander Fleming, y Almroth Wright, el director del hospital. El Fleming ficticio, con motivo de la encuesta del RAE -la FECYT del Reino Unido-, se queja de que su solicitud de financiación para trabajar con la penicilina ha sido rechazada, a lo que el asimismo ficticio director le replica: "Alex, lo que yo quiero es que tu calificación en el RAE sea excelente. No me interesa revolucionar la medicina para salvar vidas". Cierto, esto es sólo ficción, pero algo debe ocurrir con los sistemas de prospectiva para que este artículo, de Milton Wainwright, fuese publicado en la revista de la Sociedad de Microbiología del Reino Unido.

Miguel Vicente es profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología.

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