"Ojalá se quedara Beckham"
El presidente del Madrid dice ahora que hablará con el inglés para que no se vaya al Galaxy
El día que David Beckham decidió fichar por Los Ángeles Galaxy, Ramón Calderón, el presidente del Madrid, dijo sentirse "traicionado". Ayer, seis meses después de aquel desencuentro, Calderón se presentó en el club de Roland Garros junto a su esposa para presenciar la final entre Rafael Nadal y Roger Federer y, quizás impulsado por una jornada de Liga que ha dejado a su equipo al borde del título a falta de un partido, anunció que le "encantaría" que el inglés siguiera en el club. "Me han dicho que tiene una cláusula que le permitiría, por el pago de una cantidad, resolver ese contrato [con Los Ángeles Galaxy]. Imagino que tiene tomada su decisión, pero me encantaría que se quedara", dijo.
El futbolista se sintió humillado por Calderón al llamarle "medio actor", y no se lo perdona
"Prácticamente, no tiene vuelta atrás. Ojalá fuera así. Hay una puerta [abierta a su continuidad] que a lo mejor quiero ver yo. No conozco el contrato con exactitud. Hay que pensar en función de cuál sea la cláusula. No conozco la cantidad", añadió Calderón, que, entre sus colaboradores, suele decir que cree que la marcha de Beckham fue "un error".
Fuentes del club que conocen las relaciones contractuales de Beckham aseguraron ayer que las palabras del presidente son una hipótesis. Nadie en el Madrid sabe si el contrato de Beckham contiene una cláusula que le permita romperlo. Lo que sí consideran prácticamente "imposible" es que no se vaya a Estados Unidos.
Al calor de las palabras de Calderón, el representante del jugador, Simón Oliveira, aclaró que su cliente "no tiene intención de incumplir su acuerdo con Los Ángeles Galaxy". El portavoz del jugador también dijo que Beckham no ve la hora de instalarse en California: "David está deseando irse, aunque antes quiere terminar su carrera en el Madrid con una nota alta y ganando la Liga".
A ojos de Calderón, el problema entre Beckham y el Madrid se resume como un conflicto entre el jugador y Fabio Capello. Su incomprensión mutua y las duras portadas que dedicaban los periódicos al entrenador en enero cosen los capítulos de la marcha de Beckham, según el presidente. ¿Va a hablar con Beckham para que se quede?, le preguntaron. "Sí", contestó. "Vamos a ver cómo lo hacemos. Hubo un momento en el que el entrenador no confió demasiado en él. Luego, rectificó. Eso es bueno. Todos hacemos cosas mal. En aquel momento, el entrenador tomó la decisión de que no jugara. Sentó mal el anuncio [de que Beckham se marchaba] en enero. El entrenador, seguramente, no reaccionó bien. Quizás reaccionó de una forma que no era la ideal. Ahora ha rectificado y le considera clave", apuntó Calderón.
Lo que no dijo Calderón es que su relación con el futbolista inglés es inexistente. Beckham, de 33 años, se sintió humillado cuando el presidente dijo en el paraninfo de una universidad que era "un medio actor" y que ningún club importante había ofrecido nada por él. Beckham, que es muy vanidoso, no perdonó nunca que lo tratase como a un jugador acabado. Sin embargo, llevaba tres años simulando lesiones para evitar momentos complicados, distraído por negocios que no hacen al fútbol y calculando sus apariciones con ojo mercantil. Nada hacía suponer que a partir de febrero recobraría su nivel de 2003.
El presidente del Madrid llegó a París tras celebrar sobre el césped de La Romareda un título que todavía no es del Madrid. Ayer se mostró más prudente que la noche anterior. "Lo tenemos al alcance de la mano, pero no está fácil", dijo. "Hay que ganar el partido del Mallorca. Ejemplos hay. Nos pasó en el centenario [cuando el Deportivo le ganó la Copa del Rey al Madrid en el Bernabéu] y le pasó al Deportivo [cuando perdió la Liga empatando en su estadio con el Valencia en el último partido y fallando un penalti]", explicó. De la victoria depende probablemente la continuidad de Capello. "Un final feliz permite que se olviden cosas que no son agradables", matizó Calderón. "Tenemos que sentarnos el 18 [de junio] para que él nos diga lo que piensa. Todos tenemos que hacer examen de conciencia y después decidir. No tiene por qué no cumplir sus años de contrato. Vamos a hablar con el entrenador que tenemos. A partir de ahí, decidiremos lo que sea. Si nos da el título, ha cumplido su objetivo".
El Madrid ya prepara el alirón. Calderón habló en París de celebrar el título en La Cibeles el próximo domingo. De que Nadal le ha pedido entradas para el partido. De que el tenista estará en el palco y ha rechazado acompañar al equipo en la celebración porque le parece "demasiado". Viendo cómo anda el campeonato, loco minuto a minuto, sólo hay una cosa clara: Nadal no espera disputar la final del torneo de Queens, que se jugará el domingo que viene.
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