"¿A qué tenemos que temer? A nada"

"¿A qué tenemos que temer? A nada". Así terminó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su respuesta a algunos miembros del Comité federal del PSOE que expresaron su preocupación porque la política antiterrorista eclipse otras políticas del Ejecutivo de calado, como las sociales, y porque el PP trate de seguir situando el terrorismo en el centro del debate hasta el final de la legislatura.

Zapatero reconoció que la política antiterrorista "no va a estar fuera de la agenda política" hasta el final de la legislatura. Pero añadió que no temía al debate sobre la política antiterrorista porque se sentía con "autoridad moral y política" para sostenerlo frente al PP.

Recordó cómo siendo líder de la oposición propuso en 2000 al Gobierno de José María Aznar un pacto antiterrorista, cuya base principal era el apoyo al Ejecutivo contra ETA y cómo lo cumplió una vez suscrito por ambas partes.

Y rememoró cómo siendo presidente del Gobierno ha recabado ese mismo apoyo al actual líder del PP, Mariano Rajoy, y no lo ha tenido. También aludió al respeto impecable a la ley que ha mantenido en la gestión del proceso fallido de final dialogado de la violencia.

Zapatero, sin embargo, dejó sin contestar una agria intervención del diputado socialista madrileño, Joaquín Leguina, dirigida contra el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido. Leguina puso en duda la competencia del actual fiscal general en la gestión de la ilegalización de una mitad de las listas de ANV y la legalización de la otra mitad, ya que condenó hace diez años, siendo magistrado del Tribunal Supremo, al ex ministro del Interior José Barrionuevo y al ex secretario de Estado Rafael Vera por el secuestro de Segundo Marey. Recordó, en este sentido, que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo había admitido a trámite la revisión de la dicha causa.