Eusko Ikaskuntza premia la labor intelectual de Gregorio Monreal

Gregorio Monreal Zia (Etayo, Navarra, 1942), catedrático de Historia del Derecho en la Universidad Pública de Navarra, fue galardonado ayer con el Premio Eusko Ikaskuntza-Caja Laboral de Humanidades, Cultura, Artes y Ciencias Sociales. El jurado elogió "su larga labor investigadora y docente en los apartados jurídico, histórico y cultural de Vasconia", que le ha convertido en "referente en la sociedad vasca".

Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Monreal Zia "ha creado escuela", dijo el jurado, compuesto por representantes de siete universidades vascas y navarras. El catedrático, elegido "por unanimidad", es uno de los principales especialistas en instituciones político-administrativas de los territorios históricos vascos y en evolución del pensamiento político vasco tradicional, temas a los que ha dedicado una profusa obra investigadora.

Ha contribuido asimismo a la internacionalización de la investigación de la historia del Derecho vasco, gracias a sus relaciones académicas y a la publicación en inglés de diverso material. Monreal Zia figura como profesor invitado de la cátedra Distinguished Scholarship William A. Douglass de la Universidad de Reno (Nevada, EE UU), distinción que se otorga a personas que han realizado aportaciones al máximo nivel en el ámbito científico de los estudios vascos, según resaltó Eusko Ikaskuntza.

Además de su labor investigadora y docente, el jurado reconoció "la honestidad intelectual" de Gregorio Monreal, así como "el trabajo realizado en la organización y desarrollo de entidades de prestigio". Fue rector de la UPV entre 1981 y 1985, presidente de Eusko Ikaskuntza entre 1991 y 1996 y director de la Revista Internacional de Estudios Vascos entre 1997 y 2005. Ejerció como senador por Guipúzcoa en la legislatura constituyente, fue miembro de la ponencia redactora del Estatuto de Gernika y ocupó la Viceconsejería de Universidades e Investigación en 1991.

Monreal recogerá el premio, dotado con 18.000 euros, en otoño. Ayer ya expresó su "satisfacción y agradecimiento". "Es un dulce", subrayó en declaraciones a EL PAÍS. Con gran modestia, comentó que le agradaría "mucho" contar con esa honestidad intelectual que le ha reconocido el jurado, porque es una virtud que estima. "Desde luego, he intentado siempre enfrentarme a los hechos tal cual son. No se puede ser académico sin hacer un esfuerzo por tomar distancia respecto de lo que estudias, aunque simpatices con ello", apostilló.