Esquerra rompe el tripartito en Barcelona pero no impedirá la investidura de Hereu

Esquerra Republicana pasará a la oposición municipal en el Ayuntamiento de Barcelona y no reeditará el gobierno tripartito de los últimos tres mandatos. Eso sí, no impedirá la investidura del socialista Jordi Hereu como alcalde. La salida de Jordi Portabella, presidente del grupo, y de los otros tres concejales que esa formación alcanzó en las elecciones del pasado 27 de mayo dejará al alcalde en funciones, el socialista Jordi Hereu, gobernando en minoría junto con Iniciativa per Catalunya (ICV). Entre los dos tendrán 18 concejales de los 41 que forman el consistorio. Esquerra, sin embargo, ha dado garantías de que no pondrá trabas a la investidura del alcalde socialista.

La noticia del fin del tripartito municipal la dio ayer por la tarde el mismo Portabella. Esquerra alega que no puede continuar en el tripartito porque su modelo de ciudad es otro, pese a que lo ha impulsado en los últimos ocho años desde el Gobierno. Portabella ha sido durante estos años segundo teniente de alcalde de la ciudad y responsable de las áreas de promoción económica y turismo, entre otras.

El plante de ERC a Hereu tiene más que ver con la crisis interna del partido, acentuada por los malos resultados electorales. Esquerra perdió en las municipales 80.000 votos en Cataluña. Sus resultados en Barcelona también fueron malos: perdieron la mitad de los votos respecto a 2003 y uno de los cinco concejales que tenían.

Ello ha dado alas a los sectores críticos del partido, que buscan acentuar el mensaje independentista, marcar distancias con los socialistas y forzar un cambio de liderazgo en la formación. Dos plataformas críticas han pedido ya un avance del Congreso. Uno de estos colectivos está formado por diputados y altos cargos de la Generalitat muy próximos al número dos del partido, Joan Puigcercós.

Los esfuerzos de la dirección de ERC se centran ahora en evitar que los movimientos de sus bases perjudiquen al Gobierno catalán, donde gobiernan con el PSC e Iniciativa. Una prueba de que las relaciones entre republicanos y socialistas se mantienen fluidas es el acuerdo que alcanzaron ayer para arrebatar a CiU la diputación de Girona. Allí, al igual que en Lleida, ERC se ha hecho con la presidencia del organismo gracias al PSC y a pesar de ser la tercera fuerza en número de diputados.