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El Parlamento debate el voto emigrante sin garantías para aplicar la reforma en 2008

El BNG afirma que los partidos afrontan "la última oportunidad" de solucionar el problema

PP, PSdeG y BNG celebraron ayer la primera reunión de la ponencia constituida en el Parlamento de Galicia para proponer al Congreso una reforma del voto de la emigración. La cita concluyó sin despejar las dudas que pesan sobre la viabilidad de que la reforma pueda ser aplicada a las elecciones de 2008. De hecho, y a pesar del escaso tiempo disponible para discutir, pactar y tramitar una iniciativa de este tipo, los partidos aplazaron hasta el viernes la elaboración del calendario de trabajo. El BNG sostiene que esta es la "última oportunidad" de solucionar el problema.

Los partidos llegan a la ponencia desde posiciones muy diferentes. El BNG, a partir de la voluntad de impulsar una reforma que alcance todos los aspectos relacionados con el voto de la emigración, desde la titularidad del derecho a todo lo que tiene que ver con su ejercicio. El PSdeG, en cambio, quiere centrar la propuesta de modificación en los cambios precisos para que la mayoría de los emigrantes puedan votar en urna, un objetivo muy similar al que defiende el Partido Popular.

De los tres partidos, el Bloque es el único que ha manifestado interés en completar el trabajo cuanto antes. Los nacionalistas quieren que la propuesta de reforma pueda ser enviada al Congreso de los Diputados a tiempo de ser aprobada para ser de aplicación en las próximas elecciones generales.

Carlos Aymerich, portavoz nacional del BNG, subrayó ayer que este es el momento de acabar con "la vergüenza" de la manipulación del voto emigrante. Antes de que las elecciones generales previstas para dentro de diez meses vuelvan a reproducir "turismo electoral, fiestas del pasaporte o incluso intentos de deslegitimar los resultados", como aseguró el también diputado nacionalista Iago Tabarés.

El BNG, recordó Aymerich, lleva insistiendo en esta cuestión desde hace más de 20 años, sin que el partido en el Gobierno, sea el PP o el PSOE, haga nada por solucionarlo. "¿Por qué? Porque nunca el partido que ostenta el poder en el Gobierno central perdió unas elecciones en la emigración". Si la reforma no se lleva a cabo a tiempo de ser aplicada en 2008, advirtió el portavoz nacionalista, "tendremos que concluir que hay quien se quiere seguir beneficiándos del colchón" del voto emigrante. "Hay un clamor social" en contra de la forma en que vota la emigración, señaló, y "esta es la última oportunidad. Si esta vez no somos capaces de regularlo, la próxima el clamor social será para eliminarlo", advirtió.

El grupo parlamentario del Bloque es el que tiene más prisa, pero también es el que ha puesto sobre la mesa una reforma más ambiciosa. Los nacionalistas quieren que los partidos discutan, en primer lugar, el alcance de la titularidad del derecho al voto y los procesos electorales comprometidos, con o sin circunscripción propia. "Cuando hablamos de sujetos del derecho a voto", precisó Tabarés, "tenemos que analizar si todos los gallegos residentes en el exterior tienen o tendrán derecho de sufragio", y si ese derecho es de aplicación a todas las convocatorias electorales.

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"No es de recibo que algunos municipios se decidan fuera del país", subrayó. En segundo lugar, las prioridades de los nacionalistas tienen que ver con la puesta en marcha de mecanismos que permitan a los residentes ausentes votar en urna en sus países de acogida. En cuanto al voto por correo, el BNG propone no sólo convertirlo en la excepción sino aplicarle las mismas garantías que al que se tramita en territorio español.

Demagogia y ventajismo

Tabarés pidió a los demás grupos políticos que dejen "de lado demagogias y ventajismos", porque "no se puede actuar constantemente con la calculadora electoral". Aymerich, por su parte, ironizó acerca del verdadero alcance del compromiso de PP y PSdeG con la reforma. Un compromiso que relacionó implícitamente "con el momento preelectoral y la presión social y mediática a la que estaban sometidos en aquel momento por los escándalos que se iban conociendo sobre la campaña en el exterior: cheques irregulares de 300 euros, sardiñadas pagadas con fotocopias del pasaporte".

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se mostró ayer a favor de la adopción de medidas que faciliten a la emigración el ejercicio del voto, incluida la posibilidad de hacerlo en urna. Feijóo precisó que limitar el derecho al voto de los emigrantes exige una reforma de la Constitución española.

Plazos imposibles

El portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, insistió ayer en que, si los partidos quieren, es posible tramitar en Galicia la propuesta de reforma electoral a tiempo de que sea de aplicación a las elecciones generales de 2008. Y si no se consigue, subrayó, será una demostración de la falta de voluntad del PP y del PSdeG, no un problema de falta de tiempo.

El calendario, sin embargo, es prácticamente imposible de cumplir, según fuentes parlamentarias de los demás partidos. En primer lugar, aunque el Parlamento lograse ponerse de acuerdo sobre una propuesta (lo que obligaría a los tres partidos a trabajar durante el mes de julio), las Cortes Generales tendrían que dar prioridad a esta modificación durante los tres últimos meses de la legislatura, el tramo de mayor densidad de proyectos pendientes y durante el cual se tramitan además los Presupuestos Generales del Estado.

Por si esto fuera poco, la administración dispondría de apenas unas semanas para poner en marcha la compleja infraestructura que implica la constitución de mesas electorales en el extranjero.

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