Siete heridos durante un tiroteo en plena calle tras un atraco en Motril

Siete personas resultaron ayer heridas de bala durante un tiroteo en la calle tras el atraco a una oficina bancaria de Motril (Granada). Los heridos son cuatro agentes, un atracador, un niño y un viandante. Dos ladrones fueron detenidos. Uno de ellos, tras refugiarse en una casa, retener a una familia a punta de pistola y disculparse antes de salir. La policía cree que otros dos atracadores huyeron con parte del botín.

El atraco fue a la una de la tarde en la sucursal bancaria que Caja Granada tiene en la calle Martínez Cuevas de Motril. Un grupo de hombres armados y ataviados con gafas y boinas irrumpió en la sucursal y amenazó a los empleados y a los clientes.

Los vecinos alertaron a la policía. La llegada de los agentes coincidió con la salida de los atracadores. No se había acordonado de forma adecuada la zona y los asaltantes quisieron abrirse paso a balazos, según testigos presenciales.

El primer herido fue el agente J. L. R., de 53 años, que recibió un impacto de bala en el cuello. Fue trasladado de urgencia a la capital granadina para ser intervenido. Durante la refriega también resultaron heridos tres agentes más: A. J. P. M., de 51 años, en el muslo derecho; F. V. O., de 53 años, a quien un balazo le fracturó la mano izquierda; y M. N. A., de 55 años, que sufrió una herida superficial en un tobillo y fue dado de alta.

Además, resultaron heridos un niño de 11 años que recibió un balazo superficial en un muslo, y que también fue dado de alta en la tarde de ayer, y un viandante, J. F. F., de 46 años, quien sufrió múltiples perforaciones en el intestino delgado, por lo que requirió una intervención quirúrgica en el hospital Santa Ana de Motril, en cuya UCI quedó ingresado.

Tras conseguir salir de la sucursal, los atracadores huyeron a pie. Minutos después era localizado uno de los atracadores, J. A. A. de 65 años, que permanece ingresado en el hospital de Motril con una herida ocasionada por arma de fuego en el hemotórax derecho.

Otro de los asaltantes entró en una casa de las inmediaciones por un garaje y retuvo a la familia de Yolanda Estévez a punta de pistola, informó Efe. "Nos dijo [a ella, sus padres y sus dos hermanos] que teníamos que ayudarle porque le había pasado una cosa muy gorda, que después de un rato se marcharía". Durante dos horas, el atracador usó el cuarto de baño, fumó, bebió, contó dinero y pidió una camiseta y una gorra. Según Yolanda, antes de irse detenido llegó a disculparse y dijo que "no había sido su intención" y que trataría de "recompensarles" en el futuro.

Según fuentes próximas a la investigación, la policía cree que otros dos atracadores consiguieron huir con parte del botín.