Touriño llama "a aparcar diferencias y gobernar para todos, sin amiguismo"

Los socialistas gallegos, con Emilio Pérez Touriño al frente, desplegaron ayer una última vez toda la escenografía y decorado de sus mítines de campaña para dar por definitivamente terminada la refriega electoral del pasado 27 de mayo y abrir una nueva etapa, en la que "las diferencias deben quedar aparcadas". "Punto final. Ahora toca trabajar y gobernar para todos", proclamó el secretario general del PSdeG y presidente de la Xunta en Muxía, el corazón de la Costa da Morte, que los socialistas erigieron ayer en símbolo de "la apuesta por la renovación y el cambio".

El líder de los socialistas gallegos destacó en Muxía la nueva etapa que se abre en Galicia refrendada por los votos en las municipales. "Decidisteis voto a voto otra forma de gobernar, de actuar y de ser. No vamos a fallar: se acabó el amiguismo, gobernaremos con transparencia y humildad para los que nos votaron y los que no", prometió Touriño.

El PSdeG-PSOE eligió Muxía para celebrar ayer sus resultados en las elecciones no sólo por haber ganado en un bastión del PP, que había sido emblema de la hegemonía de este partido y de resistencia en 2003, tras la fuerte contestación social que generó la catástrofe del Prestige.

La pequeña localidad costera simboliza también, destacó Touriño, "las ganas de cambio y renovación" que reflejó el resultado de las urnas en municipios "marginados y envejecidos" que, como en el interior de Lugo y Ourense, siempre habían sido conservadores hasta el momento. "Trabajar para una Galicia de ciudadanos iguales, hayan nacido en el centro de A Coruña o en una aldea alejada, ésa es mi pasión y mi compromiso", remachó el líder socialista desde la tarima del pabellón polideportivo de Muxía, repleto con casi un millar de personas.

En plena negociación de su partido con el BNG para pactar las alcaldías de más de 70 ayuntamientos, entre ellos las siete ciudades, Touriño no dijo ni palabra sobre este proceso, pero volvió a presentar el resultado electoral como fruto de la gestión del Gobierno bipartito de la Xunta que preside.

El líder socialista tampoco mencionó al PP, pero su mensaje fue una constante reivindicación de "las ganas de cambio" de los gallegos para que se gobierne, también en los municipios, "con los mejores valores de la democracia, con libertad para construir un futuro de progreso y esperanza".

Y en esa "Galicia de ciudadanos iguales y con las mismas oportunidades" que prometió, el presidente de la Xunta puso en primera línea la atención a los mayores. Y también un urbanismo "limpio, transparente y cívico, que permita construir villas y pueblos para todos, territorios en los que se generen empleo y riqueza, y no sean sólo los de cuatro especuladores".

Proteger las rías y los ríos

"Proteger por encima de todo las rías y los ríos de Galicia es la mejor forma de que las generaciones venideras no tenga que emigrar y puedan trabajar en su tierra", ahondó el presidente de la Xunta. Antes que él, el candidato socialista de Muxía, Félix Porto, también había puesto el acento en la necesidad de reforzar la lucha contra la especulación en una Costa da Morte fuertemente castigada por el desempleo, la emigración de los jóvenes y el caos urbanístico.

Una insistencia que fue ayer saludada con vítores y aplausos por el público de Muxía, donde el Partido Popular desarrolló en el último año una virulenta campaña contra los socialistas y el Gobierno bipartito de la Xunta por la ley de protección del litoral y la negativa a permitir que la empresa Pescanova instale una piscifactoría en Cabo Touriñán, un espacio natural de la Red Natura.

"Esa ley del litoral de la Xunta de Touriño fue la mayor alegría para nosotros", aseguró Porto, "porque nos va a proteger contra quienes quieren lucrarse de nosotros y especular con nuestros terrenos".