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Reportaje:Fútbol | Internacional

Una calle para 'Súper Mario'

El delantero golea con Alemania y es un ídolo en Albuñán, el pueblo granadino de su familia

Alemanes y albuñaneros unidos por la selección germana de fútbol. Para los aficionados alemanes, la goleada del sábado a San Marino (6-0) y los partidos contra Eslovaquia (el próximo miércoles) y Gales (el viernes) pueden sentenciar la clasificación de su combinado nacional para la Eurocopa de 2008. Los 455 habitantes de Albuñán, un pequeño pueblo granadino, ya celebran como suyos esos triunfos porque esta pequeña localidad, en la falda de Sierra Nevada, es la tierra del padre y los abuelos de Mario Gómez. El delantero de 21 años, con la doble nacionalidad española y alemana, es ahora un fijo en las convocatorias del seleccionador, Joachin Loew. Y un goleador. Contra San Marino marcó el cuarto y el quinto gol de su selección. Ya antes era conocido como Súper Mario por ser el goleador del Stuttgart, campeón de la Bundesliga.

La localidad, de 455 habitantes, entre ellos sus abuelos, le prepara un homenaje en el verano

Albuñán, que vio a Mario crecer en sus visitas veraniegas, siempre jugueteando con una pelota, quiere bautizar una calle con el nombre del delantero y prepara una gran fiesta de homenaje, en el verano, con la presencia del hispano-alemán. La alcaldesa, Encarnación Cruz, justifica la distinción porque Súper Mario es "un orgullo" para los albuñaneros y reflexiona que hoy, en España, "la gente se olvida de que en cada familia, uno, dos o todos sus miembros son emigrantes".

El Stuttgart, que al principio de la temporada era un candidato al descenso, se proclamó sorprendentemente campeón. Una de sus principales revelaciones, el canterano Mario Gómez, logró marcar 14 goles. Y pudieron ser más de no ser por una lesión de rodilla que le dejó dos meses fuera de los terrenos de juego. Gómez dice que se siente "orgulloso de ser medio español", se define como un delantero "rápido, fuerte y grande" y dice que aprendió castellano, a la vez que la pasión por el fútbol, con su padre, José.

Y no es el único hijo de emigrantes españoles en la selección alemana. El centrocampista Gonzalo Castro, del Bayer Leverkusen, que llegó a jugar en la selección sub 21 española, también ha sido convocado por Alemania, aunque no jugó ante San Marino.

"Gracias a eso que se pone en los tejados y con lo que se cogen todas las emisoras", Torcuata García y José Gómez, abuelos de Mario, ambos de 77 años, acompañan todos los partidos del nieto goleador desde Albuñán, donde disfrutan de la jubilación. El abuelo no puede ver todos los partidos porque "se me llenan los ojos de lágrimas al ver un nieto tan bien colocado en la vida". Mejor así, porque la última final de la Copa de Alemania, entre el Stuttgart y el Núremberg, hace diez días, no fue apta para cardíacos. Gómez y sus compañeros perdieron (3-2) en la prórroga. La abuela cuenta orgullosa sus 25 años de emigración y sacrificios en la ciudad de Riedlingen. "No sabíamos hablar alemán ni para comprar el pan. Mi marido dejó la salud trabajando en los viveros de plantas y yo trabajaba de cocinera en un convento", dice Torcuata. La abuela de Mario se enfada mucho cuando dicen que el origen de la fuerza y la estatura del nieto, un delantero rocoso de 1,89 metros, vienen de los genes de la madre alemana. "Nosotros somos fuertes y trabajadores", replica.

Gómez no afrontó ningún dilema para elegir la selección alemana sencillamente porque España "nunca" le llamó. El ilustre nieto ha explicado a su abuelo cómo triunfar en el fútbol alemán: "Hay que menearse mucho y ser fuerte contra los porrazos". José llamó a su nieto para aconsejarle sobre la Liga española: "Si quieres jugar en España, mejor el Real Madrid que el Barça". Pero Súper Mario le confesó que sueña "con el Barcelona". "¿Y qué voy a hacer?", se pregunta el abuelo algo decepcionado, pero orgulloso.

Mario Gómez celebra uno de sus goles a San Marino.
Mario Gómez celebra uno de sus goles a San Marino.ASSOCIATED PRESS

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