_
_
_
_
Reportaje:

20.000 conversos al año en España

El catolicismo pierde miles de fieles anualmente a costa de religiones minoritarias - La evangélica, la budista y los testigos de Jehová son las confesiones que ganaron más creyentes en 2006

María R. Sahuquillo

Juan Manuel López iba a misa en una parroquia católica cada domingo, sin embargo no se acababa de sentir a gusto. "Yo era un hombre con muchas inquietudes espirituales y mi Iglesia no me llenaba", explica este gaditano de 41 años. Ese vacío le llevó a estudiar a fondo La Biblia, pero a pesar de todo cada vez tenía más dudas. "Cuando estaba en el peor momento una amiga mormona de mi mujer nos llamó y nos habló de su fe. Envió a dos misioneros a nuestra casa y, así, comenzamos a leer El Libro del Mormón", recuerda. Tras cinco meses de investigar la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (la mormona), Juan Manuel y su esposa decidieron convertirse. Fue hace 10 años.

Tres millones de personas profesan una confesión distinta de la católica

Como él, miles de personas cambian cada año su fe católica, la mayoritaria en España -el 80% de la población está bautizada por este rito- por otra minoritaria que, poco a poco, ya no va siéndolo tanto. Sólo en 2006, más de 20.000 personas se convirtieron a religiones, sobre todo a la evangélica, la budista, la musulmana, la mormona o los testigos de Jehová. Confesiones que se van haciendo hueco en las conciencias españolas, y que han experimentado un aumento sobre todo en los últimos cuatro años, según las diversas iglesias. Por su parte, la Conferencia Episcopal Española rehusó manifestarse ayer sobre esta pérdida de fieles. Actualmente en España unos tres millones de personas profesan una fe distinta de la católica, el 7% de la población.

El sentimiento de pertenencia a una comunidad cercana, las actividades fuera de la iglesia y el apoyo social son factores que, según los portavoces de las distintas comunidades, atraen a los fieles. "Nuestras Iglesias son muy integradoras, nos preocupamos por mantener la idea de comunidad y de ayudar al prójimo", explica Jorge Fernández, portavoz de la Federación de Entidades Evangélicas de España (Ferede). La evangélica cuenta ya con más de 1.200.000 fieles en España. En 2006, según datos de Ferede, alrededor de 12.000 personas se convirtieron a esta confesión.

Cada religión tiene su receta. Mormones, Testigos de Jehová y Evangélicos hacen campañas de difusión. Campañas que en el caso de los dos primeros se realizan incluso casa por casa. Otras, como la budista, atraen a miles de simpatizantes mediante la filosofía y "la libertad de pensamiento", como explica Miguel Ángel Rodríguez, presidente de las Comunidades budistas de España. Esta confesión, que está en trámites de conseguir la calificación de "notorio arraigo"-algo que ya han recibido la evangélica, la musulmana, la judía, la mormona y los Testigos de Jehová- cuenta con uno 60.000 fieles en España. En 2006 más de 3.000 personas se convirtieron a la confesión budista, 1.800 se hicieron testigos de Jehová, 1.400 mormones y más de 1.000 se convirtieron al islam, según datos de las propias confesiones. El hinduismo o la fe bahai también ganan fieles.

El perfil del converso es diverso. Jóvenes de 18 años y mayores de 60. Hombres y mujeres. Con mayor o menor poder adquisitivo. Más o menos nivel cultural y educativo. Practicantes y no practicantes de la fe católica. Muchos españoles pero también extranjeros asentados en España y que llegaron con sus propias creencias y en España las han cambiado. "Uno está más abierto a escuchar el mensaje cuando no está en su país. Pero no sólo los inmigrantes se convierten, cada vez hay más pluralismo religioso en España", dice Fernández.

Bárbara tiene 19 años y hace uno que se convirtió a la Iglesia Evangélica Bautista. "Conocí la parroquia por mi novio. Empecé a frecuentar la iglesia, a participar en las actividades y me sentí muy bien", explica. Esta joven venezolana de padre español, que lleva cinco años viviendo en España, iba cada domingo a misa en una parroquia católica junto a su familia. "Cuando fui a un oficio evangélico sentí la diferencia. La forma de predicar del pastor es más cercana. También me gustó que allí la salvación se gana por gracia, sin dar nada a cambio, pidiéndolo de corazón", cuenta. Los ideales evangélicos "más abiertos" le gustaron y decidió convertirse, algo que, en un principio su familia no se tomó bien. "Estaban muy impactados. En casa se vivió como un drama, pero ahora ya me han comprendido", explica. Esa sorpresa entre familiares y amigos de los conversos suele ocurrir. "Hoy en día en España, donde la mayoría de la población es católica, aunque no todos practicantes, se ve más normal ser ateo que adoptar otra religión", sostiene. Abdennur Prado. Prado, de 39 años se hizo musulmán hace siete

. "Llegué al islam por medio de la lectura. Nunca había conocido a un musulmán", explica. Prado, que ha cambiado su nombre, aunque aún no ha acudido al registro civil para hacerlo oficial. "Tampoco he apostatado", explica. Las dificultades para renunciar a la fe católica hacen que la mayoría de la gente que se convierte a otras religiones, no inicie nunca los trámites.

Antonio Minguez, tiene 70 años, es budista desde hace 27 y nunca ha pensado en apostatar. "No me preocupa. No es representativo", explica. "Encontré algo que conocía ya y que llevaba buscando toda la vida", dice para explicar los motivos que le llevaron a convertirse. El budismo le ha resuelto sus "dudas vitales" y ahora, dice, tiene una vida más plena. Las 12.000 personas que se hicieron evangélicas en 2006 contrastan con la veintena que se convirtió al judaísmo, según datos la Federación de Comunidades Judías de España. "No hacemos proselitismo, hay que estudiar mucho y examinarse para hacerse judío", explica Jacobo Israel, presidente de la Federación.

Bendición de pastores de la Iglesia evangélica de Filadelfia y de Unión Gitana en Madrid en 2000.
Bendición de pastores de la Iglesia evangélica de Filadelfia y de Unión Gitana en Madrid en 2000.CLAUDIO ÁLVAREZ

"Creo en todos los profetas"

Una sola raza, la del ser humano y la idea de que todo se rige por la unidad y la diversidad. Estos principios fueron los que llevaron a Gemma Neff a "aceptar" la fe bahai hace tres años. "Durante mucho tiempo busqué la paz interior, un equilibro espiritual que diera sentido a mi vida. Ahora lo he logrado siendo bahai", cuenta Neff.Bahaulá, un noble persa iraní, proclamó la fe bahai en 1844. Desde entonces, esta religión cuenta con siete millones de fieles en todo el mundo. En España aún es una religión minoritaria, con unos 3.000 seguidores, sin embargo, el año pasado 77 personas se convirtieron en bahais.Esta confesión está perseguida en los países islámicos. "Los musulmanes no aceptan a Bahá'u'lláh, un profeta posterior a Mahoma. Sin embargo, nosotros creemos en todos los profetas: Jesucristo, Moisés, Mahoma, Buda...", explica Gema. "Esa aceptación me gustó, porque no abandonaba por completo mis antiguas creencias católicas", sostiene.En países como Irán los bahais no pueden ir a la Universidad, no tienen derecho a cobrar una pensión y se han destruido sus lugares sagrados. "Ahora incluso se está acosando a los niños bahai en los colegios", asegura Neff.Esta persecución ha llevado a muchos bahai a abandonar su país, algunos de ellos se han asentado en España. "Acudimos a cualquier sitio donde no haya bahais. Es una forma de ser pioneros. Estamos en todos los países", dice Neff.Esta religión, que no tiene jerarquías, escoge a sus órganos de trabajo mediante asambleas elegidas democráticamente. "Tampoco hacemos proselitismo. Está prohibido", dice Gema.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_