Rusia pide tiempo para discutir el futuro de Kosovo y amenaza con el veto en la ONU
Moscú reclama al G 8 que serbios y albanokosovares negocien solos el estatuto de la provincia
Rusia confirmó ayer su insistente demanda de que sean serbios y albanokosovares, y no la comunidad internacional, quienes se pongan de acuerdo sobre el futuro de Kosovo y reclamó que se les conceda tiempo y ocasión a las partes para hacerlo, como pide Serbia. Por su parte, Moscú insinuó ante los otros países del G 8, los más industrializados del mundo, que podría utilizar el veto en el Consejo de Seguridad. Martti Ahtisaari, autor del plan que propone una independencia supervisada para el territorio, mantiene que el tiempo se acaba y que debe haber una decisión para finales de junio.
El futuro de Kosovo es uno de los asuntos que estaba previsto someter a una discusión de acercamiento entre los líderes de los ocho países más industrializados en su cita de la próxima semana en Alemania, pero en la reunión preparatoria de ayer en Potsdam de los ocho ministros de Exteriores quedó de manifiesto, en un intenso intercambio de opiniones, que rusos y occidentales siguen sin aproximarse. "Las posiciones son diametralmente opuestas", reconoció Serguéi Lavrov, jefe de la diplomacia rusa.
"El destino de Kosovo, el destino de Serbia en su conjunto, deben decidirse en negociaciones directas [entre Belgrado y Pristina] en vez de en Nueva York [Consejo de Seguridad], Potsdam o en cualquier otro formato", insistió Lavrov. A su juicio, hay que dejar "que ambas partes tengan el tiempo para llegar a una solución negociada". Es lo que reclamó ayer mismo en Roma el presidente serbio, Boris Tadic.
Ahtisaari mantiene que su propuesta de independencia es, precisamente, fruto de la incapacidad de serbios y albanokosovares para llegar a un acuerdo durante 14 meses de negociaciones en Viena. Los otros reunidos en Potsdam dan la razón al negociador de Naciones Unidas y apoyan su idea de ofrecer una independencia supervisada a Kosovo. Ahtisaari cree que debería haber una resolución en junio para evitar que el asunto se enquiste. La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, y el nuevo ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, mantuvieron un aparte en Postdam para tratar en exclusiva de Kosovo, cuya independencia favorecen.
"Espero que no sea necesario tener que usar el derecho de veto", advirtió Lavrov. Ahtisaari reconoció al diario finlandés Helsingin Sanomat que "Rusia no descarta utilizar su derecho de veto. Pero Rusia respeta a la ONU y en la ONU nunca se usa el veto a la ligera", señaló quien se sentiría "sorprendido y decepcionado" si Moscú vetase una resolución respaldada "por una clara mayoría" de los países que forman el Consejo de Seguridad. Alex Anderson, director para Kosovo del International Crisis Group, un organismo independiente, baraja múltiples opciones para el Consejo de Seguridad, entre ellas la de una resolución lo suficientemente ambigua para que cada parte haga una interpretación propia y obre en consecuencia.
En Bruselas, Olli Rehn, comisario responsable de la Ampliación, informó a sus colegas de la Comisión de que "el nuevo Gobierno serbio ha hecho y hace cosas que permitirán reanudar muy pronto" las negociaciones para un acuerdo de asociación de Serbia con la UE, según indicó su portavoz. Las discusiones fueron aplazadas hace un año como represalia por la falta de colaboración de Belgrado con el Tribunal de La Haya para la antigua Yugoslavia, en particular por no perseguir al general Ratko Mladic, acusado de crímenes de guerra. La apertura de un resquicio hacia la UE se suele interpretar como una invitación a Serbia para que sea flexible a la hora de abordar la cuestión de Kosovo. Tadic mantiene que se equivocan quienes creen que Serbia va a ceder Kosovo a cambio de una entrada en la Unión.
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