ERC amaga con pasar a la oposición en Barcelona y dejar a Hereu en minoría

Esquerra Republicana se ha dado por enterada de la pérdida de confianza de sus electores en la ciudad de Barcelona, donde el domingo perdió 43.405 votos. La reacción del principal responsable de esa caída, Jordi Portabella, ha sido excluir su dimisión pero amagar con pasar a la oposición a no ser que sus hasta ahora socios de PSC e ICV asuman un "replanteamiento del modelo de ciudad". El envite de Portabella cuenta con el respaldo de la cúpula de ERC. De hecho, sus dirigentes se estaban planteando qué medidas tomar para hacer frente a la sangría de votos.

Los republicanos dieron ayer otra prueba de su alta capacidad de desestabilización de los tripartitos de la izquierda catalana. Esta vez le ha tocado al Ayuntamiento de Barcelona. Y el que tiene que lidiar con las urgencias de los independentistas no son Pasqual Maragall ni José Montilla, sino Jordi Hereu.

Portabella amenazó con salir del tripartito en la primera reunión que mantuvo con Hereu. Los socialistas no esperaban esa posición en el arranque de las negociaciones para constituir el nuevo gobierno municipal. Daban por sentado que, tal como el propio Portabella dijo en la noche electoral, Esquerra querría continuar formando parte de la mayoría municipal de izquierdas.

Sin embargo, el líder republicano condicionó su permanencia a un replanteamiento del "modelo de ciudad". Según él, eso significa "fortalecer la catalanidad" de Barcelona y desbloquear algunas de sus asignaturas pendientes, como el aeropuerto y Cercanías. No hablaron de reparto de carteras, sólo de ideas generales y de formular una nueva etapa del gobierno de la ciudad. Al final, se emplazaron a seguir hablando. "Yo he comentado varias veces que en esta situación debemos pasar a la oposición y no debemos entrar en el gobierno", afirmó Portabella más tarde a los periodistas.