Fútbol fantástico

Según la interpretación del fútbol que hace Nintendo, un Real Madrid-Barça podría disputarse en lo alto de una cumbre con vientos huracanados y Raúl podría aplicar poderes mágicos a sus disparos para dejar a Víctor Valdés atónito frente a una lluvia de balones envueltos en fuego dirigiéndose hacia su portería. Algo así propone Mario Strikers Charged Football, secuela del título para GameCube y que ahora se dispone a conseguir un plus de diversión gracias al ya popular Wiimando. De nuevo la compañía de Osaka se aparta de la simulación futbolística que tanto éxito y buen resultado da a FIFA y Pro Evolution Soccer para adentrarse un poco más en el entretenimiento familiar. El resultado es un título que combina a la perfección la pasión por el fútbol con la innovación de los disparos especiales y la forma en que éstos deben ejecutarse con el mando sensor de movimientos. A Mario Strikers se empieza jugando sentado en el sofá, pero se termina dando saltos por el salón.

Ideal para que participen al menos dos jugadores, el primer paso es escoger al capitán de cada equipo. Los protagonistas míticos de la compañía ocupan este puesto privilegiado. Mario, el gorila Donkey Kong, la princesa Peach y otros pueden ejercer de capitanes, mientras que los secundarios, como los champiñones, las tortugas y los Toads, entre otros, formarán el resto del equipo. La diferenciación es básica, ya que sólo el capitán es capaz de realizar los disparos a puerta especiales llamados Mega Strikes. El terreno de juego no es menos estrafalario, especialmente cuando las condiciones climatológicas cambian súbitamente, cayendo rayos a diestro y siniestro, o al sucumbir el encuentro en la noche más negra. El animado público proviene también de las franquicias de la compañía y así, sin pagar licencias a la FIFA o la LFP, Nintendo se ha montado su liga de galácticos.

Aunque visualmente la mejora respecto a su antecesor es poco notable, sólo algunas texturas se perciben con más definición; es en el control donde se marca la diferencia. Hay que usar tanto el Wiimando en la mano derecha como el Nunchako en la mano izquierda. Éste último se utiliza para gestionar la dirección en la que corren los jugadores mediante la palanca y con el otro se realizan los disparos con el gatillo y el cambio de futbolista con el botón A.

La parte decisiva es cuando el capitán chuta a portería. Para ello debe encararse bien y sostener el gatillo un tiempo, el justo para que la media luna que mide la potencia alcance el nivel óptimo, sin quedarse corto ni pasarse. Si se realiza bien, la pelota sale disparada, convirtiéndose en varios balones. En ese momento el segundo jugador pasa a ocupar la plaza de portero y entra en un pequeño reto en el que debe parar cada una de las pelotas apuntando a la pantalla con el mando. Cada paradón fallido sube al marcador, con lo que pueden marcarse hasta cinco goles de un solo chut.

El juego limpio brilla por su ausencia en este todo vale que, incluso, permite usar objetos que aparecen sobre el césped de los 17 escenarios con el objetivo de marcar un gol. Los goles fruto de un golpe especial son presentados de forma espectacular, con primeros planos de los capitanes en plena ejecución ideales para alardear y humillar al contrario. Los distintos modos de juego contempla el Rumbo a la Copa Strikers, en el que hay que enfrentarse a equipos cada vez más duros gobernados por la máquina con el objetivo de hacerse con el trofeo. La variante Dominación da rienda suelta a la imaginación, pues además de elegir el equipo, se pueden cambiar las reglas y añadir trampas para disputar encuentros aún más estrafalarios. Pero no hay duda de que las partidas online, aprovechando la conexión a Internet de Wii, son las que más entretenimiento aportan. En esta modalidad se participa en un sistema de ranking mundial en el que se van escalando puestos para convertirse en el mejor del planeta.