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"Mal gusto"

La polémica ante la próxima emisión de El gran espectáculo de los donantes, el programa televisivo holandés en el que una enferma desahuciada donará un riñón a un paciente renal, llegó ayer a la Comisión Europea. Este órgano calificó "de mal gusto hacer un reality show con un problema tan serio". En lo que todo el mundo coincide en Holanda es en la aparente falta de interés de la población ante la evidente escasez de donaciones de órganos.

El Gobierno, que busca la forma de convencer a los ciudadanos de que se hagan donantes, admite que muchos particulares "no se fían de lo que ocurra al final con sus cuerpos". Las campañas oficiales de concienciación tampoco han surtido demasiado efecto. Menos aún el uso del carné de donante, de escaso arraigo.

Algunos periódicos nacionales han publicado amplios reportajes a todo color en sus suplementos con las vidas de los donantes, y de los felices receptores de sus órganos. Sin éxito. De ahí que BNN, el canal responsable del programa en litigio, se haga fuerte en su argumento de provocar para sacudir las conciencias. Sobre todo después de que su fundador, Bart de Graaf, tardara años en recibir un riñón que apenas sí pudo disfrutar.

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