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Reportaje:Elecciones 27M

Simancas no volverá a ser candidato

La Ejecutiva Regional socialista se inclina por una salida escalonada de su secretario general

Rafael Simancas dio ayer los buenos días, se sentó en el centro de la alargada mesa de reuniones, junto a los 32 miembros de la Ejecutiva Regional del Partido Socialista de Madrid (PSM) allí presentes y abrió la boca: "No voy a ser el próximo candidato en las elecciones autonómicas, no sería justo". El segundo punto subrayado en rojo durante la reunión, que duró cuatro horas y media, mantuvo "un tono duro, aunque sin mal rollo", según uno de los presentes, fue el futuro de Miguel Sebastián, el candidato a la alcaldía de Madrid, aún en el aire.

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El máximo organismo del partido en Madrid hizo autocrítica sin complejos y buscó soluciones a la complicada situación tras el desastre electoral en el Ayuntamiento y la Comunidad. Los asistentes pactaron, y por escrito, la "salida más digna" para el partido: Simancas seguirá siendo secretario general al menos hasta el próximo congreso extraordinario, tras las elecciones generales de marzo de 2008. Se votó una resolución colectiva avalada por 30 de los 32 asistentes.

Sólo se abstuvieron el diputado regional Adolfo Navarro, portavoz de Educación y uno de los colaboradores más estrechos de Simancas, y José Manzanares, de la corriente Izquierda Socialista. Ambos, junto a otras voces que después votaron a favor, como el diputado José Antonio Díaz, sugirieron una dimisión colectiva y la creación de una junta gestora regida por los exitosos alcaldes del sur de Madrid, como el de Parla, Tomás Gómez, o el de Getafe, Pedro Castro. "Necesitamos una catarsis colectiva, pero hay que reconocerle a Rafa que le honra renunciar a su ambición como candidato", señalan los partidarios de esta tesis.

La segunda postura fue la de quienes consideraban que "la derrota ha sido tan clamorosa que habría que asumir responsabilidades de forma inmediata convocando un congreso extraordinario: no podemos hacerle creer al electorado que aquí no ha pasado nada, cuando ha pasado, y mucho", decían, "por respeto al partido", añadían, aunque finalmente votaron la resolución.

La tercera postura era la de la tranquilidad. "No se debe tomar ninguna decisión rápida y que hay que analizar los resultados sosegadamente, Rafa no tiene que dimitir porque es el líder menos discutido [consiguió el apoyo del 90% de la FSM]", dijo uno de ellos, en representación de la tendencia mayoritaria.

La cuarta postura la escenificaron los 11 miembros de la ejecutiva que ni siquiera hablaron, entre ellos, Lucila Corral, responsable de Asuntos Sociales, o Trinidad Rollán, alcaldesa en funciones de Torrejón.

Todos coinciden, en cambio, en que no han sabido hacer llegar el mensaje a los ciudadanos y en que no han conseguido convencer al electorado de izquierdas, "que no se ha movilizado porque no hemos resultado creíbles".

El líder de los socialistas madrileños admitió que se debe ir dejando paso a "caras nuevas", aunque es muy probable que él siga ejerciendo de portavoz en la Asamblea. Simancas concedió ante sus compañeros -en un porcentaje muy alto fieles al dirigente- que pensó en la dimisión, pero reiteró que "no es momento de escapar ni de abdicar, que sería lo fácil". Simancas reconoció que su permanencia en "comisión de servicios" es una petición de Ferraz, pero quiso subrayar la independencia del partido madrileño. Un asunto importante, porque sectores relevantes del PSM considera que las injerencias de José Blanco, secretario de organización del PSOE, han sido clave en el "descalabro".

Precisamente, la solución que proponen los guerristas es buscar un "nuevo foro" donde la militancia pueda mandatar a la Ejecutiva, a la que consideran en funciones. Eso incluye también la elección del portavoz del grupo municipal en Madrid. "Si Zapatero y Blanco no asumen la responsabilidad, habrá que pedírselo a Miguel Sebastián", puntualizaron.

Simancas dijo que, desde el domingo, aún no ha había hablado con el candidato municipal y que estaba "a la espera de saber cuál era su predisposición y sus planes".

Pero otros miembros de la Ejecutiva sí hablaron del futuro inmediato del candidato derrotado y de si seguirá o no en la oposición. Son mayoría en el organismo -unos lo dicen abiertamente y otros veladamente- los que consideran que "Sebastián era otro candidato impuesto por Ferraz, como ocurrió con Trinidad Jiménez", y que "esa estrategia no funciona en Madrid en donde hace falta un discurso propio de la ciudad, no un discurso más propio de política nacional".

El que ha sido su propio colaborador directo de campaña, Óscar Iglesias, y número tres de su lista, sugirió que el economista ni siquiera estrene su puesto de concejal. No fue el único. "El asunto Sebastián va a generar un lío terrible", deslizaba otro de los miembros de la Ejecutiva, que aseguró que estaba "muy desanimado".

Lo cierto es que el candidato a la alcaldía ayer prefirió no hacer declaraciones acerca de si seguirá o no en la oposición, "porque tiene que hablar el partido". Pero algunos de sus propios compañeros de candidatura hablaron por él.

Están quienes consideran que "debe irse por su propio pie porque será mucho peor que lo haga dentro de seis meses, ya que no será tampoco el candidato en las próximas elecciones". Y quienes creen que "debe quedarse porque no podemos dar una imagen de que los candidatos pasan por aquí y se van sin más". La última palabra la tendrán los votos de sus propios concejales.

Joaquín Leguina, diputado del PSOE por Madrid y ex presidente autonómico, apostó ayer por acometer relevos en el partido socialista en Madrid tras los resultados de las elecciones del domingo e incluso considera que Miguel Sebastián, el candidato a la alcaldía de Madrid, debería volver a su cátedra sin tomar siquiera posesión de su acta de concejal. El ex presidente de la Comunidad de Madrid cree que su partido ha obtenido en general malos resultados en las elecciones locales y lo atribuye a las políticas desarrolladas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, especialmente en política territorial y antiterrorista.

Rafael Simancas, cuarto por la derecha, en la reunión de ayer de la Ejecutiva Regional del Partido Socialista de Madrid.
Rafael Simancas, cuarto por la derecha, en la reunión de ayer de la Ejecutiva Regional del Partido Socialista de Madrid.GORKA LEJARCEGI
Rafael Simancas mantuvo una actitud serena durante la Ejecutiva Regional, aunque en algunos momentos no pudo ocultar sus emociones.
Rafael Simancas mantuvo una actitud serena durante la Ejecutiva Regional, aunque en algunos momentos no pudo ocultar sus emociones.G. L.

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