El zaplanismo se estrella en Altea, su principal referente político
El zaplanismo no ha logrado mejorar los resultados de hace cuatro años en sus principales reductos alicantinos y en Altea, su gran referente político y en el que José Joaquín Ripoll fue elegido presidente provincial se ha estrellado. Los candidatos zaplanistas sólo han logrado, en poblaciones de la importancia de Orihuela o Dénia, frenar el envite socialista, y ha sido en municipios más pequeños en los que han mejorado sus resultados.
El peor dato lo ha registrado en Altea, donde el PP pierde la mayoría absoluta al reducir su presencia de 10 a nueve concejales de los 21 que formarán el nuevo Ayuntamiento. La sorpresa en este municipio de la Marina Baixa ha venido de la mano del PSPV-PSOE, que duplica su número de representantes al pasar de cuatro a ocho. El Bloc mantiene sus tres ediles. En Orihuela, los socialistas registran un fuerte crecimiento -pasa de cuatro concejales a siete- mientras que la zaplanista Mónica Lorente mantiene la misma representación y será la próxima alcaldesa de la población de la Vega Baja con 14 ediles. En Orihuela, Francisco Camps asumió la candidatura de Lorente, que por su parte integró en su propuesta de gobierno a dos concejales del sector campista.
En la misma línea, el zaplanista Jorge Sedano, delfín de Miguel Peralta, ha logrado en Alcoi el mismo apoyo que en las elecciones de hace cuatro años y gobernará con 13 concejales a pesar de que el PSPV-PSOE logra un edil más al igual que el Bloc, ambos a costa de la coalición de Esquerra Unida.
Poco espectaculares son también los resultados logrados en Dénia, donde el PP sólo ha logrado salvar la cara al obtener los mismos resultados que hace cuatro años frente al crecimiento socialista, que logra dos ediles más. El repunte socialista se produce a costa del Bloc, de EU y de los independientes de Gent de Dénia.
Mientras, en poblaciones más pequeñas, los zaplanistas han logrado mejorar claramente sus resultados. Ocurre así en Busot, donde el PP ha logrado tres concejales más que cuatro años atrás; en Almoradí, donde obtiene dos nuevos ediles; y en Torremanzanas y Catral (población gobernada por los socialistas a la que el Consell retiró las competencias urbanísticas), donde el PP tendrá un concejal más y se convierte en la fuerza más votada.
