El Villarreal incendia Mestalla
Pellegrini refresca su ataque, suma su sexto triunfo seguido y acaba con las aspiraciones del Valencia
Resultó que el Villarreal tenía mejor banquillo. O, al menos, mejores delanteros afilando los tacos en el túnel de Mestalla. Dos de los que entraron para el último tramo, Matías Fernández y Tomasson, dinamitaron Mestalla justo cuando el Valencia expiraba sus últimas bocanadas para ganar. No pudo precisamente por eso. Porque Quique no disponía de nadie preparado para refrescar el ataque. Lesionados Silva y Morientes y exiliado Tavano, el técnico optó por renovar el centro del campo con Baraja y Jorge López, pero con la elección equivocada: retiró a Marchena, la verdadera ancla del equipo. El Villarreal, sin él, tuvo vía libre para su sexta victoria consecutiva. Y más que nadie, el deseado Forlán, que lleva un registro colosal fuera de casa, donde ha marcado 15 de sus 17 goles, ninguno de penalti. Fue un partido intenso, disputadísimo y lleno de pequeños grandes detalles, aunque al público resultadista sólo le interesara la victoria, así que se fue marchando cinco minutos antes del final. No pudo ver el acierto de Moretti, que remató una falta de Villa, ni escuchar cómo la grada restante clamaba breve pero contundente contra el entrenador local. La situación de Quique es más delicada que nunca tras una temporada extenuante para sus jugadores y para él, enfrentado desde el primer día con el director deportivo ante la mirada cambiante del presidente, una veleta en el trono de Mestalla.
VALENCIA 2 - VILLARREAL 3
Valencia: Cañizares, Miguel, Albiol, Ayala, Moretti; Marchena (Baraja, m. 56), Albelda; Joaquín,
Gavilán (Jorge López, m. 56), Angulo; y Villa. No utilizados: Butelle; Del Horno, Curro Torres, Regueiro y Hugo Viana.
Villarreal: Viera; Javi Venta, Gonzalo, Fuentes, José Enrique; Cani, Tacchinardi (Josico, m. 70), Senna, Guille Franco (Tomasson, m. 78); Pirés (Matías Fernández, m. 65); y Forlán. No utilizados: Barbosa; Quique Álvarez, Arruabarrena y Marcos.
Goles: 1-0. M. 20. Villa, de penalti. 1-1. M. 34. Forlán, dentro del área, a pase de Guille Franco. 1-2. M. 78. Tomasson, tras una asistencia de Matías Fernández. 1-3. M. 88. Forlán culmina con la izquierda un pase de Tomasson. 2-3. M. 90. Moretti cabecea una falta sacada por Villa.
Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Ayala, Forlán, Marchena, Tacchinardi, Miguel, Fuentes, Albelda y Senna.
45.000 espectadores en Mestalla.
El ascendiente que pueda tener Quique sobre Soler -variable según el día y la hora- lo usa ahora para que el Valencia pague la cláusula de rescisión de Forlán, 23 millones. Lo considera imprescindible para que su equipo dé un salto de calidad. Ayer se entendió por qué. El delantero uruguayo es un cohete imposible de detener. Más que nada, porque su radio de acción es demasiado amplio. Puede entrar por cualquier lado. En el primer minuto ya había puesto en un compromiso a Moretti, que lo derribó dentro del área sin que el árbitro señalara penalti. Pasaría media hora antes de que Forlán se tomara su propia venganza. Recogió un taconazo de Guille y encaró a Cañizares. Se hizo el silencio. El portero le enseñó un hueco enorme a su izquierda, pero el delantero eligió el palo más cercano, el menos espacioso, antes de que Cañizares pudiera darse cuenta.
El empate de Forlán ponía de relieve la autoridad del Villarreal. Autoridad basada en el dominio del balón y del campo. El Valencia, excelente a la contra, creyó que con eso tendría suficiente. Con la eficacia de Angulo y de Villa, que armaban un contraataque tras otro. Muy bien lanzados por Marchena, que se atrevió con un pase de izquierdas y de primeras rebosante de clase. Las tornas se cambiaron tras el descanso. Atacó el Valencia. Esperó el Villarreal. Pellegrini dio en el clavo. Y el cuadro de Quique sufrió como nunca para recuperar el balón. Señal de la calidad técnica de su rival. Entraron Baraja y Jorge López para neutralizarla. El público arremetió contra el segundo, que se ganó el respeto con una acción de malabarismo dentro del área. En un filo estaba el choque hasta que Pellegrini encontró petróleo en el banquillo. Matías Fernández demostró que se trata de un magnífico pasador cuando lanzó por el centro a Tomasson, que llevaba solamente 20 segundos en el campo. Remató la pelota como llegaba. Mestalla, entonces, cargó contra Angulo, contra Baraja, contra Quique, contra todo el que se moviera, sin apreciar que por allí había pasado un equipo notable vestido de amarillo. Tras su espectacular remontada a lomos del indomable Forlán, el Villarreal tiene a tiro de piedra la Copa de la UEFA mientras el Valencia se despide definitivamente de la Liga. Y quién sabe si de muchas cosas más.
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